jueves, 25 de junio de 2020

Jesús Morales Ruiz - Astrologo - Tarotista -Vida Despues de la Muerte - La Conciencia del Alma - Charla Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez


Vida Despues de la Muerte - La Conciencia del Alma - Charla Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez


Vida Despues de La Muerte






           
     
VIDA DESPUES DE LA MUERTE              
“La Conciencia del Alma”
El MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO FRANCISCO NARVAEZ, LA ALCALDIA DEL MUNICIPIO MARIÑO, EL CIRCULO INTERNACIONAL DE LAS ARTES DEL ESTADO NUEVA ESPARTA “CIANE”, EL COMPLEJO CULTURAL TURISTICO LA MIRA "LA MIRA CCT" INVITAN AL PUBLICO EN GENERAL A LA CHARLA "VIDA DESPUES DE LA MUERTE – LA CONCIENCIA DEL ALMA" , DICTADA POR EL ARTISTA PLÁSTICO - ASTROLOGO – TAROTISTA JESÚS MORALES RUIZ EN EL MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO FRANCISCO NARVAEZ EL DÍA VIERNES 29 DE JUNIO DE 2012 DE 10:00 A 12:00 AM.

PLANETAS, SIGNOS Y CASAS.
En la Astrología existen tres aspectos básicos: Los Planetas, los Signos y las Casas,  que se combinan para formar una Carta Natal. Los Planetas (nos muestran que sucede) representan determinadas motivaciones, tendencias e impulsos psicológicos: Marte afirma, Venus armoniza, Júpiter expande, Saturno restringe, Plutón transforma, etc. Los Signos (como sucede) representan doce cualidades del ser, o actividades hacia la vida. El impulso que imprime un planeta se expande por mediación del signo en el cual se encuentra situado el planeta. La afirmación de Marte puede darse en un estilo ariano o tauriano; Venus puede armonizar de manera geminiana o canceriana; Plutón puede ser un ángel o un demonio, dependiendo el signo donde se encuentre, y así sucesivamente. Las Casas (donde sucede)  muestran en que ámbitos específicos de la vida cotidiana, o en que campos de la experiencia sucede todo esto; la Casa VIII representa la muerte y el renacimiento. Marte en Tauro se hará valer de una manera lenta y segura, pero su emplazamiento por las casas determina en que campo exacto de la vida se puede observar de manera más obvia esta acción lenta y segura.  

                                                                                     
VIDA DESPUES DE LA MUERTE.                                    
En Astrología Esotérica, se asocia a Plutón con la Muerte, la compañera siempre presente y el gemelo complementario de la Vida, que refleja el aparente mundo de la dualidad en que vivimos.                                                                                                                                                 
La  Muerte es el Gran Misterio, un abismo desconocido del que nadie ha vuelto para revelar sus secretos (a menos que crea en la rencarnación o en el espiritualismo). Y sin embargo el sendero esotérico conduce al aspirante curioso a ese misterioso abismo, hacia el encuentro con los dos polos de existencia humana, la experiencia de la “Vida-Muerte”, y la iniciación.                          
 En 1905 el científico Percival Lowell, utilizando un telescopio más bien primitivo y  sus habilidades matemáticas, intentó demostrar la existencia de (X); moriría en 1916, frustrado por no haber podido demostrar la realidad de este planeta oculto.          
En 1930 su sucesor, Clyde Tombaugh, fue capaz de obtener datos claros y científicos de la posición del poderoso planeta (X), cuando transitaba por el signo de Cáncer.                   
El misterioso planeta muy pronto fue bautizado por la comunidad astronómica y científica como el planeta Plutón.             
Plutón ha vivido escondido dentro de la mente inconsciente del hombre, revelando su existencia a través de la mitología.                              
La aparición de Plutón  en la mente consciente de la humanidad indica que ha llegado el momento de que ésta explore otra dimensión de la vida, ya que una nueva y potente energía, con sus propias y peculiaridades características, comienza a ejercer un impacto directo sobre la humanidad. El cambio de la conciencia es el propósito de Plutón, aunque exige mucho esfuerzo, tanto individual como colectivo.                        
PLUTÓN EL DIOS DE LA MUERTE.                                           
El signo de Escorpio, uno de cuyos regentes es Plutón, es un signo complejo, tiene varias representaciones distintas: el escorpión, la serpiente, el águila y el fénix, Escorpio es mucho más que un mero signo del zodiaco donde uno puede tener el Sol, Venus, Marte, sometidos: el proceso cíclico de cambio, decadencia, muerte y renovación. El nivel inferior de Escorpio está representado simbólicamente por la serpiente y por el escorpión, el animal que lleva un aguijón mortífero en la cola. Las personas dominadas por este nivel de sentimiento escorpiano actúan rigiéndose casi exclusivamente por sus propias emociones y deseos: están totalmente a merced de sus estados de ánimos y se expresan de una manera instintiva y primitiva. Cuando se sienten bien, no podrían ser más agradables con la gente. Cuando se sienten mal o de mala voluntad, nadie está a salvo, ni siquiera el amigo más querido.                                                                         El viejo cuento sobre el encuentro de un escorpión y una rana, es un buen ejemplo a lo antes dicho. La historia se inicia junto a un lago que el escorpión quiere cruzar; pregunta a la rana, si lo puede ayudar a cruzar,  la rana responde, vacilante:                                             
- Te llevare a través del lago, pero debes prometerme que no me picarás.                                  
 -¡Claro que no lo haré¡ - contesta el escorpión un poco ofendido- ¿Por qué habría de hacer algo así?                                                                                                                                                        
 Se sube entonces sobre el lomo de la rana y ambos inician el viaje. Sin embargo, en la mitad del viaje el escorpión pica a la rana. Mientras ambos se hunden irremediablemente, la rana le pregunta por qué lo hizo, si le había prometido lo contrario?                                                             – Porque me dio la gana  - responde el escorpión con su último suspiro.                             Lamentándolo mucho hay personas que actúan como este escorpión y pican porque les da la gana, es decir que están dominadas compulsivamente por sus estados de ánimos y por sus reacciones instintivas, y son capaces de volverse súbitamente contra las personas que más quieren.  
LA ASCENCIÓN DEL FÉNIX.                                                                           
En Egipto, el Fénix era un ave mítica, tras haber sido consumido por el fuego, surgía de sus propias cenizas para volver a vivir, se convirtió por tanto, en un símbolo de inmortalidad. Las personas que viven en el nivel escorpiano del águila pueden encontrar que la pasión, es una relación importante, o que una causa en la que habían depositado fervorosamente su fe, las decepciona o resulta ser falsa. Cuando esto sucede, se sienten como si ellas mismas hubieran sido aniquiladas. A semejanza del Fénix, quedan reducidas a cenizas, y puede suceder que pasen algún tiempo en este estado antes de volver a alzarse, renovadas, de entre los escombros.  Cuando nos apegamos a algo, por más noble o trascendente que sea, limitamos nuestra identidad y olvidamos que nuestra verdadera naturaleza es ilimitada e infinita. En el proceso de crecer, tenemos que ir renunciando a nuestros apegos para aprender que lo que realmente somos, es aquella parte de nosotros que pertenece cuando nos despojan de todo lo que queríamos ser.
LA CONCIENCIA DEL ALMA.                                                                                              
El dominio de Plutón era el submundo, y en términos psicológicos el submundo es sinónimo del inconsciente. El Yo es el centro de la conciencia, sin embargo, más allá del nivel de percepción consciente del yo está el inconsciente, el conjunto de todos los atributos y elementos de nuestro ser con los cuales aún no hemos establecido contacto. Los tránsitos de Plutón  evocan imágenes de descenso: un viaje al submundo del inconsciente, una incursión para descubrir lo que está oculto en nuestro interior, y supone el encuentro con el lado primitivo, instintivo y aún no regenerado de nuestra naturaleza. Los sentimientos de cólera, resentimiento y dolor de la niñez; la envidia, los celos y los deseos infantiles de omnipotencia y poder; las ansiedades sexuales desbordadas y la ferocidad de los impulsos destructivos, permanecen oculto en lo más recóndito del inconsciente. Plutón es el maestro de la totalidad y para vivir con nuestra totalidad debemos hacer frente a estas emociones e impulsos primitivos.         
Gran parte de lo que hay enterrado en nosotros, se remonta a la infancia. De pequeños, nuestro mundo interior gira en torno a tres sentimientos principales: la necesidad, el amor y el odio. Nacemos desvalidos y necesitamos del amor y la atención de alguien para sobrevivir. Sentimos un infinito amor cuando  nuestra madre o la persona encargada de nosotros nos presta toda la atención, pero también sentimos un dolor y una rabia si ella no esta cuando la necesitamos; si no nos atienden tenemos miedo de morirnos, y este miedo, naturalmente, da origen a la furia, a la frustración y a la cólera.
Jesús Morales Ruiz                                    
Artista Plástico - Astrólogo – Tarotista

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