lunes, 31 de agosto de 2015

Las Mujeres en el Arte - IV Salón - Homenaje a Margarita Pereira

  

Las Mujeres en el Arte   

IV Salón

Homenaje a Margarita Pereira


“La obra de arte consta de dos elementos: el interno y el

externo. El interno es la emoción que siente el alma del

artista. Esa emoción tiene la capacidad de  provocar vi-
braciones transformadas en sensación en el   artista  y
en el espectador. Por lo tanto, la sensación es un puente
de lo inmaterial a lo material (artista) y de lo material
a lo inmaterial (espectador)
Emoción-Sensación-Obra-Sensación-Emoción”

Wassily Kandinsky


Una obra es considerada como una producción artística cuando su condición inmanente es la belleza y el valor  de ella radica en sus posibilidades. La  cita de Kandinsky alude a las funciones del arte, a la relación con el espectador y el entorno referencial socio-histórico-espiritual y al establecimiento de un vaso comunicante con “el otro”, a partir de una simbología de carácter estético que pretende romper la soledad existencial.


La mirada se regocija en “aquello” creado por manos de mujer, como expresión de la feminidad, que contrariamente a lo femenino, es imagen de la vida que vive. Es la llegada de la mujer al movimiento cualitativo, a la autoconstrucción de su esencia, como síntesis de universalidad y singularidad del fenómeno femenino. Por eso, estas mujeres, que presentamos, se caracterizan por el  espíritu creador, sólo obedecen al universo, a la libertad que promueve la emoción en contacto con objetos sensibles, a la  instrospección del ojo o del sueño  que se transforma en líneas, colores, texturas, técnicas diversas, espacios, claro-oscuro, que se ennoblecen mutuamente, como en los cuadros o  en el ejercicio artístico de los volúmenes, formas, texturas, de los diferentes  materiales escultóricos o, también en el tratamiento de la luz y la sombra, el espacio, la semántica de lo fotografiado o grabado.


Hay intensidad, seguridad, misterios, posturas plásticas antagónicas, magia y belleza en la propuesta del IV Salón de las Mujeres  en el Arte, cita auspiciada por el Círculo Internacional de las Artes ,CIANE, dirigido por Jesús Morales Ruiz  y que ha contado con el especial apoyo del empresario margariteño, Rafael Tovar. Se crearon tres Menciones y un Primer Premio que lo donará Funda Conferry. En este evento se le rinde homenaje a la muy querida artista, Margarita Pereira, quien ha dedicado gran parte de su vida  a esa necesidad esencial de establecer un diálogo entre los colores y el lienzo, o lo que es lo mismo, declarar su verdad en la tela como experiencia de vida.


Pero como toda celebración requiere de una convocatoria, asisten como invitadas a este Salón: Elba Salvatti de Izaguirre, homenajeada del III Salón, la ganadora del mismo, Olga Morín, La ganadora del IV Salón, Mención Pintura, Margot Guzmán, Cristina Rosenbert, en Fotografía; Grabado, Ana Rangel; Escultura, Elizabeth Vila. Entre las artistas expositoras figuran: Vilma Rojas, Yny Toledo, Gabriela Millán, Luisa Elena Benitez, Leonor de Ferreres, Zaira González, Solange Rojas y por supuesto, Margarita Pereira. El jurado lo conformaron: Fabrizzia Mariani, Ramón Vásquez Brito y Jesús Morales Ruiz.

El arte conceptual, paisajístico, figurativo, abstracto, en general, todas las tendencias, concurrirán para darle unidad a la diferencia   de  esta hermosa exposición donde se manifiesta el más alto ejercicio de la feminidad: la creación, que abarca, además la posibilidad de ser casa anterior, la de hacer habitaciíon en la mitad del cuerpo para alojar a un hijo, la de ser un milagroso plasma vinculante por ser el centro de irradiación del Eros hacia el hombre, la de constituirse en la guardiana de la sociedad, pues,  desde su casa, hace esfuerzos heroicos por mantener el hogar y los hijos. La mujer es resplandor: Silencio y palabra, pensamiento e idea, refugio, desnudez, amor.

La presencia de la mujer venezolana ha dejado huellas en la .historia por su constante e ineludible responsabilidad en todas las labores que emprende y por su valentía a la hora de tomar posiciones de emancipación. Ahora, la mujer sigue asumiendo su conducta social pero ejerce la libertad como transformación consciente de su experiencia, de su destino y su sentido.

Además, la mujer posee una mirada   interior que traduce en metáfora visual para reinventar el  universo Por eso, el 17 de noviembre estarán presente la memoria, el conocimiento, la experiencia vital, resueltos en un cuerpo afectivo que se exterioriza con sus paisajes interiores marcados por la belleza del espíritu que los genera

Encontraremos pinceladas gestuales que se superponen y constituyen diferentes planos del color pero que, a la vez, se relacionan armónicamente produciendo gradaciones, cromáticas, y transparencias. Texturas visuales que permiten el paso de la luz, o formas geométricas que hacen del volumen gravedad o peso de las cosas, levitación, ausencia o presencia del resplandor.  Según Armando  Barrios: ”Cada ciudad tiene una luz distinta. La luz identifica a las ciudades. La luz es un personaje de primera línea. Una cosa es la luz y otra el objeto que la luz ilumina. La luz es el objeto mismo”.
                                                                                                           
Preguntamos, entonces: ¿Cuál luz alumbra a la Isla de Margarita?  ¿Qué línea, qué ritmo, qué equilibrio proponen las mujeres de esta convocatoria? ¿Es el atardecer isleño la pura meditación, la fanfarria, los sonidos, los contrapuntos? Al espectador dejamos su disfrute, que no sólo está plasmado en la pintura sino en el grabado, la fotografía y en el silencio de la piedra porque “no sólo de palabras vive la poesía”

DOCTORA MAGALY SALAZAR SANABRIA 

  
Esparcir con propiedad el paso inusitado de la lujuria... Transformada en pasión, es dejar entrever lo que estaba silenciado, oculto, atrapado entre las voces de otras lenguas, pequeñas ondulaciones que nos hablan de presencias perennes, de trazos, de azules, vestigios y matices. Huellas adheridas entre las piedras, maderas, grietas, en la silueta de un desnudo o agujeros diluidos en las aguas que seducen los soportes del quehacer artístico. Emerge la expresividad de lo corpóreo a través de sus tintas, el transitar de un paso en profunda libertad, lo sublime de un gesto atrapado en un instante, las formas embriagando los espacios con la fuerza entrelazada de la mujer, de lo femenino que se apropia de la esencia y la materia, de los cuatro elementos que demarcan la existencia: Tierra, Aire, Agua , Fuego; energía y vitalidad de una mujer apropiándose y expandiéndose a si misma, propiciando y propiciándose la introspección, condición que motiva y obliga al espectador a vivenciar los sueños, las huellas más allá de los tiempos en pigmentos y mezclas, en ese tránsito efervescente guarnecido en la memoria.
 El devenir de la historia, de lo abstracto, de lo artístico... Nos catapulta a esa extraña trilogía entre lo físico, lo místico y lo erótico, considerables ejes en los cuales transcurre gran parte de la visión del hombre y la mujer por este mundo que habitamos. Los trabajos de estas mujeres en forma muy particular logran reflejar una impecable fuerza, al mismo tiempo que provocan esa conciliación necesaria entre la simbología y el trazo, entre las voces que se manifiestan íntegras como en todo viaje iniciático, ellas descubren y transitan el camino y sólo pueden regresar a el a través de sus búsquedas y sueños. Exploración y sueño como total desarraigo, como iniciación que involucra y aclara la aparición de las imágenes... Esas que para nosotros también son naturaleza, paisaje adentro, siguiendo definiciones extremas, espacios donde el artista se encuentra en el umbral del rompimiento, la recomposición, la fantasía. Donde toda rasgadura, arañazo y caricia comienza por el cuerpo, por ese paisaje atrapado en la retina, por esos espacios que nos unen y entrelazan a la intimidad... Por ese «corpus» de fuerza y creación registrado en el trazo, espacio donde humo, presencia, transformación y piedra se interrogan con idéntico rostro.
Esta muestra de mujeres en el arte (IV Salón - Homenaje a Margarita Pereira), constituye el universo gestando su individualidad propia. Mujeres reconstruyendo el mundo en proceso continuo que comprende por lo menos cuatro estados: Realidad, experiencia, símbolos y signos, abstracciones que se mezclan con nuestras propias experiencias, demarcando líneas en ese hilo inaccesible y al mismo tiempo tan necesario para la virtud creativa, proceso que no es diferente a la paralización instantánea, ese generar, sintetizar y reacondicionar ese mundo de posibilidades que emerge y se hace instrumento necesario y universal, en la condición fundadora de toda expresión o manifestación significativa.
En cada una de estas mujeres, lo gráfico, lo abstracto, la línea y el trazo emergen como una opción de referir desde la soledad de la búsqueda, desde la rapidez del vistazo un complejo de conceptos o vivencias, obras donde lo gráfico asoma aquella manera heterogénea de expresión, que descubre las ilusiones espaciales y temporales, que revela la estructuración constituiva y que al mismo tiempo es libre, de recomponer, de absorber porque sólo requiere de indicios para significar. La actividad gráfica propone señales y no el objeto, persigue la huella y no la cosa, exhibe  la forma originaria de toda metáfora.
Aquí están ellas, con sus enigmas y sus aciertos en el oficio artístico, con sus dibujos como la escritura de la imagen, con sus trazos que constituyen otro esquema de la vida, con sus creaciones pobladas de naturaleza, de aguadas, de lo místico y lo indescifrable. Aquí están ellas... Como artistas, investigadoras y estudiosas integrales, envueltas en incesantes búsquedas  y diferentes planteamientos conceptuales, todas unidas por una personalidad versátil e intelectual, ellas y sus obras geometrizadas en espacios ,  explorando en líricas acuarelas, signos zodiacales, gráficos, huellas de tinta, pasteles, esmalte, óleo, emotivos collages, emergiendo con sus siluetas danzantes, profundas, henchidas de lo antiguo y lo sagrado, tan próximas a la tierra en su firme equilibrio visual.

LCD. MIRIMARIT PARADAS

Jesús Morales Ruiz
Presidente del CIANE

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