domingo, 5 de mayo de 2013

ALIRIO RODRÍGUEZ - El Maestro de la Expresión Gestual


JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO        
moralesruizjesusrafae@gmail.com

   
ALIRIO RODRÍGUEZ
        Expresión Gestual
 

NUESTRO MUNDO VIVE.
“El solo hecho de estimar
que  nuestro mundo vive, con la
naturalidad  impuesta por
los  titulares, la posibilidad de su
aniquilamiento, justifica hoy más
que nunca, si se quiere, el
compromiso de una pintura social”

Alirio Rodríguez                                                                                                        

TESTIMONIO DE VIDA.
“Alirio Rodríguez, es un hombre de su tiempo, pero sobre todo es un hombre de su país. Sabe que cuando se habla de los problemas de la sociedad venezolana, se está hablando de los problemas de su sociedad, que es algo muy diferente. Esa percepción arraigada y focalizada en el centro mismo de su espíritu, no le permite recurrir a elaboraciones estéticas eufemísticas ni a evasiones disimuladoras y distractivas. Además de vivir, él vivencia todo lo que ocurre con toda intensidad y vehemencia que le proporcionan sus capacidades. Tales circunstancias explican que asuma sus resoluciones plásticas con un temperamento que muestra la indignación ante la injusticia, la compasión con las víctimas, y el compromiso de dejar un testimonio”
Víctor Guédez

ALIRIO RODRÍGUEZ.

Alirio Rodríguez nació el 4 de Abril de 1934 en el Callao Edo. Bolívar. Artista Plástico, pintor, dibujante, y vitalista; en sus obras reflejan la imagen del hombre en el espacio; figura dinamizada y martirizada por fuerzas ocultas, intenta elaborar una cronografía tomando como base los instintos y las reacciones psíquicas que experimenta el ser humano. Busca expresar el drama dentro del hombre mismo y nos da la imagen de éste en forma de una lucha libradora por la posesión y descomposición del espacio que lo circunscribe y que a la vez forma parte de él. Lo pinta inmerso en su contingencia inmediata. En su derecho y hasta en su deber de sobrevivir.
El maestro Rodríguez a lo largo de su carrera artística ha recibido numerosas distinciones, entre ellas: Premio Arturo Michelena, Salón Michelena, Valencia, Carabobo (1962); Premio Nacional de Pintura, Salón Oficial, Caracas (1969); Primer Premio del Salón de las Artes Plásticas en Venezuela, MBA (1974); Premio Alejandro Otero, Gobernación del Estado Bolívar; y Premio Renaissance des Arts, París (1981). Así mismo le fue otorgada la condecorado Orden Andrés Bello (1977) entre otros.

SUS ORÍGENES.
Sus padres Don Arturo Rodríguez Lozada (+), caraqueño, comerciante, quien muere cuando su hijo Alirio tenía nueve meses de edad; le decía a su esposa en el lecho de su muerte : “Vende el negocito y vete con nuestros hijo a Caracas; allí está la vida aquí sola no podrás criarlos”, y Doña Teodora Borges Santi (+), costurera, quien tenía una gran pasión por la pintura, le muestra con amor y nostalgia a su hijo Alirio una caja de pintura al óleo, que la había regalado su esposo antes de morir. Doña Teodora cría a sus tres hijos en El Callao, Estado Bolívar, con grandes esfuerzos, y siempre les decía: “Pronto nos iremos de aquí, como me indicó papá…”
La infancia de Alirio transcurre en el Callao, su amor por la pintura comienza cuando cursa sus Estudios Primarios; sus primeros dibujos los hizo en la escuela; copiando los retratos de los próceres nacionales. Uno de sus maestros Augusto Aridús, vio que tenía facilidad para el dibujo y la pintura, y lo estimula y habla con su madre: “A su hijo tiene que mandarlo a Caracas a estudiar pintura”.
La primera profesión que Alirio aprende en el Callao, fue la de joyero.

ESCUELA DE ARTES PLÁSTICAS.
En 1947 Alirio comienza sus estudios de arte en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas donde egresa 1950.  Fueron sus maestros: Marcos Castillo, Rafael Ramón González, Rafael Monasterios, César Prieto, Luis Alfredo López Méndez y Francisco Narváez, entre otros.
Frecuentó el Taller Libre de Arte (1950), y forma parte de la segunda promoción del grupo de Los Disidentes.                                                                                                 
En 1954 realiza sus primeros proyectos para murales con la figura humana como motivación central.                                                                                                                                             
En 1959 viaja a Italia donde fija su residencia; estudia la técnica de los mosaicos en el Instituto de Arte de Roma,  y  desarrolla la pintura figurativa “Realismo Mágico”,  con figuras humanas deformadas mediante estilizaciones geometrizadas de sus perfiles y masas.  El colorido era cálido e intenso, pero dentro de un registro limitado y homogéneo que incluía contrastes complementarios y todo lo que pudiera salirse  de una estrecha gama determinada, que con frecuencia eran de anaranjados, rojos y amarillos, y trabajó el color en pequeñas fragmentaciones que imitaban los efectos de los mosaicos bizantinos.                                               Realiza breves viajes por Francia e Inglaterra. En Ravena asiste al Primer Congreso Internacional sobre Técnicas Antiguas y Modernas del Mosaico, en el que participan Giulio Carlo Argan, Carlo Scarpa, Emilio Vedova  y Santommaso.   Es miembro fundador del Centro Latinoamericano de Arte en Roma.                                                                      
El maestro Alirio Rodríguez dijo sobre su obra: “Un íntimo estado de compenetración y alarma ante la realidad circundante; de allí que tenga pureza de grito ligado a una sola actitud: El hombre bajo la sola significación del ser.”; el solo hecho de estimar que nuestro mundo vive, con la naturalidad impuesta de los titulares, la posibilidad de su aniquilamiento, justifica hoy más que nunca, si se quiere, el compromiso de una pintura social”. En 1959 Alirio Rodríguez se reúne con Don Rómulo Gallegos en Roma. Realiza breves viajes por Francia e Inglaterra. En Ravena asiste al Primer Congreso Internacional sobre Técnicas Antiguas y Modernas del Mosaico, en el que participan Giulio Carlo Argan, Carlo Scarpa, Emilio Vedova, Afro y Santommaso.
Es miembro fundador del Centro Latinoamericano de Arte en Roma.
                                            En 1961 regresa a Caracas, y realiza una exposición individual en el Museo de Bellas Artes.  
Es nombrado Profesor de dibujo analítico y pintura en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas y dirige la sección de arte puro en esta Escuela (1963-1965).                       
En  1963  inicia la serie de los colosos y al año siguiente, comienza  la de los alumbramientos, las crucifixiones, los juegos y los homenajes.                                                                                               En 1964 participa en el Grupo El Circulo Pez Dorado.

EL MAESTRO DE LA EXPRESIÓN GESTUAL.
Cercano inicialmente a Bacon, en el análisis exhaustivo del ser humano transido de historia pecaminosa y trastocada, arrojada en el vacio más absurdo y ajeno, el maestro Rodríguez no agota sus posibilidades formalizadoras, no sólo en desplegar una fenomenología del hombre y sus miserias existenciales, sino que las trasciende en una proporción artística de connotaciones éticas. En 1965 Trabaja en la serie de dibujos “Del Renacimiento al Siglo XX” y se edita la primera monografía sobre su obra.
En 1966 su obra la dirige a la serie de los dioses, los tejedores de energía, cabezas orbitantes y humanistas. En 1967 inaugura la serie pictórica “Los Egos y Señor de las Nubes” y la de dibujos titulada Los Caracteres. Viaja por los Estados Unidos con otros artistas venezolanos invitados por el Departamento de Estado de ese país.
La Crítico de Arte Clara Diamen de Sujo escribió: “Si sus personajes se parecen de tal modo entre sí es porque no importa cómo son ni por qué, para qué, si vienen del fondo del mundo de pies y manos a su sola existencia tampoco importa. Nos aterra en cambio que asuman tan voluntariamente lo infinito cuando llevan en sí el fenómeno de la libertad creadora”.
Las experiencias tan contradictorias del decenio de los 60 (proyectos, violencias, imaginación, sueños y nuevas realidades), el maestro Alirio Rodríguez las dinamiza en una figuración abierta a la esperanza, a un nuevo humanismo, a una “utopía concreta”, no imposible.
En dimensiones tan inéditas, más allá de lo cotidiano y del difícil temporo-espacial, flotan en eclipses y espirales homúnculos que advienen, gérmenes en proceso de maduración, similares a la creatura cósmica con cuya imagen culmina el film Odisea 2001en el Espacio, de Kubik (1968). “Escapismo” de la realidad, o lucidez del artista en advertir que ese hombre nuevo, que toda una generación creyó a punto de nacer en esa década, no es sino un aplazamiento constante, un tránsito perpetuo hasta la culminación de los siglos. Señala el maestro Rodríguez: “Creo como T. de Chardin que el hombre es una flecha lanzada al vacio en búsqueda de su propio destino”. En 1970 comienza la serie “Fumadores”. Dicta en la Universidad Metropolitana de Caracas la Conferencia: El Hombre como motivación de las Artes Plásticas. Protesta públicamente en el diario El Nacional de Caracas por la eliminación del Salón Oficial de Arte de Venezuela.
Es Profesor en el Instituto Pedagógico de Caracas (1974-1976). Publica su libro Carta a Nadie. En 1975. Representa a Venezuela en la XXXVII Bienal de Venecia. En 1978 se edita la monografía Alirio Rodríguez de la Editorial Armitano, (Caracas).
Su obra neofigurativa es una de las más coherentes y esperanzadoras del continente.
En 1984 bajo su supervisión, en la Corte Suprema de Justicia de Caracas, fue instalado el Gran Vitral, compuesto por las obras de los vitralistas Jacques Juteau, Gérard Hermet, Jean-Pierre Rivière, Jean-Marie Braguy y Olivier Fournet.
El crítico Aúreo Yépez Castillo escribió: "Alirio Rodríguez, sin un querer visible, hizo una obra gigante que es, en el marco cósmico, producto del movimiento que la naturaleza imprime al hombre. Es él en nuestro siglo el agente creador como lo fue dos mil años antes de Cristo el que esculpió el pilar de Hammurabi".                                   
En 1987 Alirio Rodríguez realiza la Exposición Antológica de su obra en el Museo de Arte Moderno de Bruselas, en representación oficial de su país, en el marco del convenio cultural suscrito entre el gobierno de Venezuela y la Comunidad Francesa de Bélgica.

APROXIMACIÓN A SU OBRA.

El maestro Alirio Rodríguez por la vía expresionista, ha intentado elaborar una historia de los instintos y las reacciones psíquicas ante los complicados mecanismos de la civilización contemporánea.
Su obra constituye un reclamo del espacio cósmico (tanto lo interno como lo externo del hombre). Siente inclinación por las reacciones primarias: El grito, el horror, el alumbramiento, el vacio total. En este sentido, es un artista del vértigo, a cuyo logro se presenta una técnica gestual que es desarrollada por medio de un color en espiral, tenso y continuo, que describe elipses y órbitas alrededor de los personajes. Hay grandes espacios blancos o negros, delineados en torno a figuras pintadas en su desnudez monstruosa e inicial, flotantes o acostadas, pero en todo caso solitarias, como si se encontraran para asumir su verdadero ser; pero también a veces pinta la salvación, explicándonos el ascenso que nos eleva del detritus de la experiencia miserable hasta las alturas que el cosmonauta, vagando por el espacio vacío; nos suministra una imagen renacentista, délfica y poderosa del hombre creador.
El maestro Alirio dice: “El sólo hecho de estimar que nuestro mundo vive, con la naturalidad impuesta por los titulares, la posibilidad de su aniquilamiento; justifica hoy más que nunca, si se quiere, el compromiso de una pintura social”.
                                                    

 Jesús Morales Ruiz                                                                                                            
Artista Plástico

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