domingo, 28 de abril de 2013

Manuel Cabré - El Maestro del Ávila


JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO

                     
MANUEL CABRÉ
El Maestro del Ávila
                                                                                                              
LA TRADICIÓN MODERNA DEL PAISAJE
El modernismo del maestro Cabré radica precisamente en esa larga e intensa reiteración del paisaje a través de imágenes de gran variedad en los detalles. En esa primera etapa del modernismo que consiste en plantear, reconocer e identificarse con el entorno nacional.
Tuvo razón el gran poeta Fernando Paz Castillo cuando escribió:
“Cabré pinta El Ávila con la sobriedad alcanzada en muchos años de intensa labor, no se queda solo en la apariencia del color, sino que penetra en su armazón, hasta el vértigo de sus líneas quebradas, retorcidas en el esfuerzo gigantesco de mantenerse erguido, imponente centinela de las tardes caraqueñas, y parece que el cerro es un organismo vivo dotado de vida ingente que le sale de adentro, una vida ansiosa de adelgazarse con el ímpetu de un árbol, una vida muscular y recia que se revela en el vigor de sus líneas y en el violento a veces de sus colores”.                                                                                                              

EL MAESTRO DEL ÁVILA.                                                                        
Manuel Cabré, mejor conocido como el maestro del  Ávila, nació el 25 de enero de 1890 en Barcelona, España y muere el 26 de febrero de 1984 en Caracas.
Fue una de las principales figuras del Círculo de Bellas Artes (1912), y entre sus compañeros puede considerarse como el paisajista por antonomasia. Fue precursor del código estético que impuso de modo categórico la relevancia del primer plano del paisaje y de su luz. Sus ideas revolucionarias en un primer momento, dan vigencia a una práctica del paisaje, que en ninguna obra como la suya expresa tanta armonía entre pensamiento y realización. La obra del maestro Cabré ha sabido renovarse con el mismo impulso fresco de sus primeros años de trabajo para proponerse siempre, más que como campo de representación de la naturaleza, como reflexión del proceso y los modos de intervención plástica de la obra artística.
 Cabré es un naturalista no en relación con la realidad, sino con el sentimiento objetivo de su experiencia visual de la realidad, él trata de configurar un orden paralelo al de la naturaleza y en esta medida obliga al espectador  a reconocer  en su obra, no un fragmento recortado del paisaje natural, tal como podría verse a través de una ventana, sino a enfrentarse a su capacidad inventiva del espacio. En otras palabras, el maestro interpreta en su obra el principio general del arte moderno según el cual la realización es más importante que la representación; por eso se le considera un verdadero guía para la representación del paisaje de Caracas.
El maestro a lo largo de su  carrera artística recibió números premios y reconocimientos entre los que se destacan: Premio Nacional de Pintura, XII Salón Anual de Arte Venezolano (1951); Orden Andrés Bello, en su Primera Clase (1971); Orden Francisco de Miranda, en su Primera Clase (1978).

SUS ORIGENES.                                                                                                         
Manuel Cabré llegó a Venezuela con su padre el escultor y artista catalán Ángel Cabré  y Magriñá (1863-1940), quien había sido invitado por el Presidente Joaquín Crespo para realizar trabajos en las obras públicas de Caracas.                                              
Manuel  se inclina por la pintura y cursa sus primeros estudios en la Academia de Bellas Artes de Caracas desde 1904.                                                                                    
En 1908 obtiene su primera distinción académica con el cuadro Paisaje de la Sabana del Blanco.   
En 1912 fue miembro fundador del Círculo de Bellas Artes. Alguno de sus miembros: Manuel Cabré, Leoncio Martínez, Marcelo Vidal, Ángel Cabré y Antonio Edmundo Monsanto afirmaron: “El Círculo de Bellas Artes no pretende ser un movimiento artístico de estilo definido. Se trata de una asociación muy libre y sustitutiva de lo que no podía dar la Academia”. Libre porque el solo hecho de serlo constituía una antítesis del mundo oficial y porque sus fundadores comprendieron muy bien que,  para el nacimiento y desarrollo de diversas tendencias artísticas (colectivas o individuales), era imprescindible permitir y facilitar la capacidad de escogencia, investigación y expresión de todos y cada uno de sus miembros (actuales y futuros)                                 
En 1920 viaja a París donde se inscribe en la Academia de La Grande Chaumiére donde realiza obras impresionistas. De regreso a Caracas, presenta una exposición en el Club Central con 26 obras de su etapa francesa.                                                                                                                  
Fue director del Museo de Bellas Artes de Caracas (1942-1946).                                                        Entre las exhibiciones más relevantes del artista deben ser citadas: la Exposición Retrospectiva (1910-1965), Sala de Exposiciones de la Fundación Mendoza (1965); la Exposición Retrospectiva (1915-1971), Museo de B ellas Artes, 1971; la exposición  en su homenaje "Cabré el Otro", Galería de Arte Nacional ( 1980); retrospectiva "Obras Maestras de Manuel Cabré (1914-1975)", Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (1980); y  en el 40 Aniversario del Museo de Bellas Artes de Caracas (1978)

APROXIMACIÓN A SU OBRA.                                                                                     
El modernismo del maestro Cabré radica en esa larga e intensa reiteración del paisaje “El Ávila de Caracas” a través de imágenes de gran variedad en los detalles.                             
Desde 1910 puede seguirse su evolución desde el principio al expresar la atmósfera y la luz dentro de un clima verídico, que tiene por tema casi único el Valle de Caracas. Su sentido arquitectónico se revela inmediatamente en su predilección por las masas de montañas y por la ordenación de ellas en planos de alejamiento en un sentido horizontal. Pinta sus primeros paisajes con una visión de artista moderno, imbuido ya en los conceptos de impresionismo. El Ávila seria a la larga el gran tema de su pintura; ya lo había anunciado Leoncio Martínez cuando escribió en 1915: “El Ávila es para Cabré sus amores y ha llegado a poseerlo”. Desde entonces es poco lo que temáticamente hablando ha cambiado en el universo de Cabré. El enfoque, el tratamiento, la profundidad determinada por el grado de iluminación y el tiempo, incluso la selección cromática de tonos más o menos acusados, varían de una obra a otra, y se pasa del estatismo horizontal a los ondulantes ritmos que proveen las vastas planicies cultivadas de los valles de Caracas. Lo que no varía es el grupo de verosimilitud respecto al espacio tradicional, aunque el sentimiento se intensifique, o aun si el artista se mantiene emocionalmente alejado del objetivo.                    
El maestro Cabré fue un hombre de carácter activo, incursionó en la música y en la poesía y escribió la presentación del catálogo de la exposición individual de pinturas “Variaciones sobre la Montaña” del artista plástico Jesús Morales Ruiz, inaugurada en el Centro de Arte Euro Americano en Caracas (26-02-1982).                                           

Jesús Morales Ruiz
 Artista plástico

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