JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTIC O
moralesruizjesusrafael@gmail.com Tlf: 0416-7992002
JAVIER LARRAURI
“El Vitral es mi Pasión”
“El Vitral es mi Pasión”
RECUERDOS DE MI INFANCÍA.
“Espoleado por mi amigo Jesús Morales Ruiz, buen pintor y mejor político, me he atrevido a bosquejar algo que nunca antes hice, una nota autobiográfica, para que él haga con ella lo que le venga en gana, incluso publicarla.
Hasta donde me llegan los recuerdos, tendría yo unos ocho años cuando estrené mi flamante caballete de tres patas, que apenas lograba sostener erguido en el fondo de nuestro patio, a la exigua sombra de una mata de cambur, caballete del que salieron mis primeros bodegones y paisajes, obras maestras con que dictaba cátedra a mis tres hermanos, todos menores que yo, quienes soportaban mi vanidad precoz con paciencia y hasta con algo de admiración.
Por fortuna, era más el tiempo que dedicábamos a trepar por los árboles, bajo la atenta mirada de mi madre mientras lavaba ropa, disfrazados con las máscaras que recortábamos cuidadosamente de las cajas del detergente que más se vendía para la época…Mi pobre memoria acaba de jugarme (por enésima vez) una mala pasada… En realidad, las máscaras las recortábamos con sumo cuidado de las cajas de “confles” que solíamos consumir en nuestros desayunos. Lo que salía de las cajas del detergente más vendido para la época era nuestra primorosa vajilla, una pieza por caja, de color azul o rosado, que utilizábamos precisamente en todos nuestros desayunos.
Mi temprana inclinación por la arquitectura se debe, casi con toda seguridad, a los juegos infantiles que obstinadamente desarrollaba con mi juguete más antiguo y más querido, una colección de tacos de madera pintados con vivos colores, que me permitió enamorarme de la posibilidad de combinar espacios y volúmenes y que me impulsó a seguir jugando con éstos hasta mucho después de abandonar mi infancia.
Hubo de transcurrir mucho más tiempo para que llegase a valorarlo y a estar agradecido con la vida por el hecho de que me permitiese seguir jugando y disfrutando con algo que para muchos solamente era un trabajo, y muchísimo tiempo más para darme cuenta que mi juego no podía ni debía pasar por encima del arbitrio de aquellos que, aunque cortos en materia de conocimientos, saben sobradamente priorizar en materia de sus necesidades del techo y del espacio”.
Mi temprana inclinación por la arquitectura se debe, casi con toda seguridad, a los juegos infantiles que obstinadamente desarrollaba con mi juguete más antiguo y más querido, una colección de tacos de madera pintados con vivos colores, que me permitió enamorarme de la posibilidad de combinar espacios y volúmenes y que me impulsó a seguir jugando con éstos hasta mucho después de abandonar mi infancia.
Hubo de transcurrir mucho más tiempo para que llegase a valorarlo y a estar agradecido con la vida por el hecho de que me permitiese seguir jugando y disfrutando con algo que para muchos solamente era un trabajo, y muchísimo tiempo más para darme cuenta que mi juego no podía ni debía pasar por encima del arbitrio de aquellos que, aunque cortos en materia de conocimientos, saben sobradamente priorizar en materia de sus necesidades del techo y del espacio”.
Javier Larrauri
Las Gamboas, 7 de septiembre de 2012
EL VITRAL ES MI PASIÓN.
Javier Larrauri nació en Bilbao, España en 1947, y muere el 3 de Julio del 2013 en Caracas.
Javier Larrauri nació en Bilbao, España en 1947, y muere el 3 de Julio del 2013 en Caracas.
Artista Plástico y Arquitecto, egresado de la Universidad Central de Venezuela, con postgrado en la especialidad Vivienda, realizado en la ASSA, Londres, Inglaterra.
A lo largo de su carrera artística Larrauri ha recibido Premios y Reconocimientos entre los que se destacan: Premio Maestro Domingo Torcat, Salón Municipal de Arte Juan Bautista Arismendi, Septiembre 2006 , El 30-Noviembre de ese mismo año presenta su renuncia al Premio, por el incumplimiento en la entrega por parte del Instituto organizador); artista seleccionado por el Estado Nueva Esparta al Certamen Mayor de las Artes (2005); Premio Regional Ramón Vásquez Brito del IACENE 2002 (categoría de artes del fuego); Primer Premio III Salón Guayamurí (Junio 2002); Mención XVII Salón de Arte Pampatar (Mayo 2002); Mención Salón Casa de la Cultura Pampatar (Marzo 2002); Segundo Premio II Salón Guayamurí, Junio 2001; Nominado al Premio Jesús Salvador Rodríguez, en la Entrega de los Premios CIANE 2013.
A lo largo de su carrera artística Larrauri ha recibido Premios y Reconocimientos entre los que se destacan: Premio Maestro Domingo Torcat, Salón Municipal de Arte Juan Bautista Arismendi, Septiembre 2006 , El 30-Noviembre de ese mismo año presenta su renuncia al Premio, por el incumplimiento en la entrega por parte del Instituto organizador); artista seleccionado por el Estado Nueva Esparta al Certamen Mayor de las Artes (2005); Premio Regional Ramón Vásquez Brito del IACENE 2002 (categoría de artes del fuego); Primer Premio III Salón Guayamurí (Junio 2002); Mención XVII Salón de Arte Pampatar (Mayo 2002); Mención Salón Casa de la Cultura Pampatar (Marzo 2002); Segundo Premio II Salón Guayamurí, Junio 2001; Nominado al Premio Jesús Salvador Rodríguez, en la Entrega de los Premios CIANE 2013.
SUS ORÍGENES.
Larrauri al hablar de sus origen dice: “Alguien pudiera sospechar que en mi ascendencia más lejana debe estar agazapado un artesano del medioevo, de esos que dieron vida a las catedrales con la luz y con el color, al más puro estilo del vitral antiguo que el gran Teófilo nos muestra desde su monasterio en su Tratado. Pienso que no es así, si yo reencarnase a un vitralista cómo explicar entonces que esperase casi cincuenta años para tener entre mis manos un cortador de vidrio?
Por el lado de mi herencia más reciente, de mi padre puedo decir que fue un obrero, pero un obrero muy especial, un doctor empírico en gramática castellana, que de linotipista pasó a ser corrector de pruebas, y que más allá de los conocimientos tipográficos llegó a ser maestro de la ortografía y de la sintaxis. Quizás de mi padre me viene esa persistente complicidad con un elemento de la naturaleza que más bien es despreciado y en la mayoría de los casos temido: el plomo.
De la familia de mi madre, por cuya prolífica rama desfilaron grandes músicos y poetas, debo haber heredado mi vena artística, esa locura sublime que te impulsa desde lo más profundo a escribir sonetos o sonatas, a colorear lienzos o ventanas, a plasmar sueños y a contribuir en la medida de lo posible en la construcción de un mejor mañana”.
Desde muy joven Javier comienza a dibujar y pintar.
En 1955 la familia Larrauri llega Venezuela.
Larrauri al hablar de sus origen dice: “Alguien pudiera sospechar que en mi ascendencia más lejana debe estar agazapado un artesano del medioevo, de esos que dieron vida a las catedrales con la luz y con el color, al más puro estilo del vitral antiguo que el gran Teófilo nos muestra desde su monasterio en su Tratado. Pienso que no es así, si yo reencarnase a un vitralista cómo explicar entonces que esperase casi cincuenta años para tener entre mis manos un cortador de vidrio?
Por el lado de mi herencia más reciente, de mi padre puedo decir que fue un obrero, pero un obrero muy especial, un doctor empírico en gramática castellana, que de linotipista pasó a ser corrector de pruebas, y que más allá de los conocimientos tipográficos llegó a ser maestro de la ortografía y de la sintaxis. Quizás de mi padre me viene esa persistente complicidad con un elemento de la naturaleza que más bien es despreciado y en la mayoría de los casos temido: el plomo.
De la familia de mi madre, por cuya prolífica rama desfilaron grandes músicos y poetas, debo haber heredado mi vena artística, esa locura sublime que te impulsa desde lo más profundo a escribir sonetos o sonatas, a colorear lienzos o ventanas, a plasmar sueños y a contribuir en la medida de lo posible en la construcción de un mejor mañana”.
Desde muy joven Javier comienza a dibujar y pintar.
En 1955 la familia Larrauri llega Venezuela.
DESTINO MARGARITA.
En 1994 viaja con su familia, a la Isla de Margarita donde fija su residencia.
En 1994 viaja con su familia, a la Isla de Margarita donde fija su residencia.
Javier Larrauri al llegar a Margarita dice: “No sé si fue el azar o la afable sabiduría de mi esposa, creo que más bien ésta última, la que me trajo de nuevo al encuentro con nuestra geografía oriental, a las vivencias ya casi desdibujadas en los recuerdos de mi infancia, esta vez hechas realidad en el escenario paradisíaco de la Isla por excelenci, en el azul por excelencia de nuestro mar caribe.
Y en esa especie de vínculo con el entorno han transcurrido ya dieciocho hermosos años.
Al principio en compañía de mi gran amor, cuyo aliento se me fue hace once años y cuyos huesos guardo celosamente el cementerio de La Villa; y ahora con mi otro gran amor, que vino al mundo hace año y medio y que es la fuente de mis grandes alegrías y de mis mayores desvelos.
Y creo que fue el azar, definitivamente, el que me ayudó a abrazar ese oficio tan antiguo y tan vigente al mismo tiempo, que me permite hoy por hoy sacar a la luz mis inquietudes más sentidas, dar rienda suelta a mis sueños de cielo y de mar, y jugar con el color y con la luz tal como lo hiciera mucho tiempo atrás con aquellos tacos de madera de mi incipiente creatividad infantil”.
En 1995 Javier realiza un curso de vitrales en la Escuela de Artes Plásticas Pedro Ángel González en La Asunción, dictado por el maestro Leonel Durán.
Al principio en compañía de mi gran amor, cuyo aliento se me fue hace once años y cuyos huesos guardo celosamente el cementerio de La Villa; y ahora con mi otro gran amor, que vino al mundo hace año y medio y que es la fuente de mis grandes alegrías y de mis mayores desvelos.
Y creo que fue el azar, definitivamente, el que me ayudó a abrazar ese oficio tan antiguo y tan vigente al mismo tiempo, que me permite hoy por hoy sacar a la luz mis inquietudes más sentidas, dar rienda suelta a mis sueños de cielo y de mar, y jugar con el color y con la luz tal como lo hiciera mucho tiempo atrás con aquellos tacos de madera de mi incipiente creatividad infantil”.
En 1995 Javier realiza un curso de vitrales en la Escuela de Artes Plásticas Pedro Ángel González en La Asunción, dictado por el maestro Leonel Durán.
A partir de ese momento Larrauri, ha desarrollado un proceso de búsqueda y mejoramiento en la aplicación de técnicas diversas para la producción de vitrales, planos en su mayoría, con un trabajo que sobrepasa las trescientas sesenta piezas.
En 2004 asistió a un curso de maestría en la especialidad de Vitral Contemporáneo, en la Escuela de la Fundación Centro del Vidrio de Barcelona, España.
Desde el año 2006 se ha desempeñado como profesor del Taller Libre de VITRAL, en la Escuela Técnica de Artes Visuales Pedro Ángel González, de La Asunción.
QUINCE AÑOS VITRALIANDO.
En el 2011 Larrauri realiza su primera exposición retrospectiva, “Quince Años Vitraliando”, en la Casa de la Cultura Manuel Plácido Maneiro de Pampatar, NE. La exposición presentó 35 obras de mediano y gran formato. El artista al hablar de la muestra dice: “Quise sacar a la luz las obras de mi colección particular, la que he hecho a lo largo de estos años y que nacieron de mi motivación por llenar mis inquietudes, por conocer un poco más de las técnicas y por expresarme como artista, pues es un trabajo que se hace para la gente, no para uno nada más…utilizo una técnica antigua realizada con pigmentos, los óxidos metálicos que son las grisallas, incorporadas al vidrio como pintura y se llevan al horno a alta temperatura, en mi caso las llevo varias veces, por eso se diferencian de otras”.
En el 2011 Larrauri realiza su primera exposición retrospectiva, “Quince Años Vitraliando”, en la Casa de la Cultura Manuel Plácido Maneiro de Pampatar, NE. La exposición presentó 35 obras de mediano y gran formato. El artista al hablar de la muestra dice: “Quise sacar a la luz las obras de mi colección particular, la que he hecho a lo largo de estos años y que nacieron de mi motivación por llenar mis inquietudes, por conocer un poco más de las técnicas y por expresarme como artista, pues es un trabajo que se hace para la gente, no para uno nada más…utilizo una técnica antigua realizada con pigmentos, los óxidos metálicos que son las grisallas, incorporadas al vidrio como pintura y se llevan al horno a alta temperatura, en mi caso las llevo varias veces, por eso se diferencian de otras”.
Actualmente Javier Larrauri, continua su labor creativa y es orgullo de todos los Neoespartanos.
Jesús Morales Ruiz
Artista Plástico
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