lunes, 29 de abril de 2013

Hector Poleo - El Maestro de la Figuración Poética



 JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO  
                                          
    
HECTOR POLEO
 El Maestro de La Figuración Poética

LA FIGURACIÓN POETICA.
“La Expresión “Figuración poética” era dilecta del propio artista y cubre esa denominación toda la obra de Poleo desde 1960 hasta el final, pues la invención de una realidad autónoma , sin trazas de realismo referencial, se hace ya definitiva, por cuanto pueda variar en distintos aspectos sin embargo, es tan notable el cambio  que sucedió hacia 1970,  el cual además adquiere nuevos acentos, que es más conveniente sustituir el nombre por el “desdoblamiento del símbolo,” para comprender ese último gran período iniciado en la década de los 70, como anota su esposa Adela, en una afirmación digna de recordar: “1970 se vislumbra un nuevo rumbo en su creación artística,  que considero una síntesis de su continua búsqueda mantenida  hasta sus cuadros de los años ochenta. Es la conjunción de surrealismo, informalismo, onimismo, y arquitectura plástica”. El maestro Poleo alcanza modos de expresión francamente alegóricos, en este camino surcado por la pureza en la presentación de ideas, la doblés del símbolo y la fina sintaxis de la imagen”.        
                                                                                        
 Carlos Silva
 Crítico de Arte. Premio Alfredo Boulton (1999)
                                                                                                                                                                                                

EL MAESTRO DE LA FIGURACIÓN POETICA.                                                                  
Héctor Poleo nació el 20 de Junio de 1918 en Caracas y muere el 26 de Mayo de 1989 en la misma ciudad. Medalla de Plata en la exposición Internacional de Paris (1937); Premio Arturo Michelena, II Salón Anónimo, Ateneo de Valencia (1944); Premio Nacional de Pintura, Salón Oficial de Arte Venezolano (1947); Premio Federico Brandt (1950); Primer Premio Salón Planchar (1952); Premio Arturo Michelena, Salón Oficial (1954); Premio Segunda Bienal  Hispanoamericana de Arte,  La Habana, Cuba (1954); Premio Antonio Herrera Toro, Salón Oficial (1958); Premio Nacional de Artes Plásticas, Caracas
(1986). Poleo fue uno de los Artistas Plásticos venezolanos de más fama en Europa y  Estados Unidos.
En 1926 tiene un accidente que le produce la pérdida de la visión del ojo izquierdo.
Estudio en la Academia de Artes plásticas y Aplicadas de Caracas (1930-1937), donde recibe un gran apoyo de sus maestros Rafael Monasterios y Marcos Castillo, ganado por el acento lírico que  expresaba a través del  colorido sutil y refinado,  que recordaba  a Bonnard y a Federico Brandt.  En 1937, realizó su primera exposición individual, en el Ateneo de Caracas

EL CREADOR DE SUEÑOS.
El Maestro Poleo, viajó a México becado para estudiar en la Academia de San Carlos (1938); estudió pintura mural, etapa decisiva en su carrera; conoció el trabajo de Diego Rivera y de  Orozco y la poderosa elocuencia de sus imágenes primitivas, así como el esculturismo de las escuelas renacentistas, y extrajo de estas lecciones un sincretismo tan despojado de emociones, como a la vez emocionante, con el cual ensayaría hacer una pintura comprometida con el destino de los campesinos oprimidos.
El Creador de Sueños, como se le llamó a Héctor Poleo  utiliza una técnica de puntuaciones muy precisas y finas en la aplicación de un colorido de apariencia mate como el fresco; construyó un universo cerrado, comedido y  silencioso, donde la exposición del tema estaba apenas insinuada por la gravedad un tanto neutral de sus  alargadas figuras;  la vista del espectador se mantiene fija en un primer gran plano escultórico.
En 1944 viajó a Estados Unidos, donde fija su residencia en Nueva York hasta 1948. Luego va a Europa, recorre Suiza, Holanda, Bélgica, Italia, Inglaterra y Francia donde se residencia en Paris. Allí  se casa con la Artista  Adela Rico (1948- 1949).
En 1952 regresa a Venezuela y comienza el mural para el rectorado de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, que será concluido un año después.
En el período 1953-1954,  participa en la Bienal de Sao Paulo, Brasil y en la Bienal de Venecia, Italia.
En 1957 nace su única hija María Alexandra, quien más adelante se dedicó a la música y luego a la pintura. Retorna a Paris con su esposa e hija para residenciarse allí por varios años.
En el año 1959  realizó la Exposición 20 Años de Salón a través de los Premios, en Museo de Bellas Artes de Caraca. Participo en la XXX Bienal de Venecia (1960); Realiza una gran retrospectiva en el Museo de Bellas Artes de Caracas (1974), y esta exposición es llevada al Center For Inter-American, Nueva York  y al Museo de Arte Moderno de México. En 1985 prepara otra retrospectiva, en el Museo de Arte Moderno de América Latina, Washington, D.C. y en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, a cargo del Historiador Alfredo Boulton (1986). Realiza el Vitral “El Nacimiento del Hombre” en la estación La paz del Metro de Caracas (1987).
El crítico Gastón Diehl escribe la segunda monografía sobre Héctor Poleo (1989).

EL DESDOBLAMIENTO DEL SIMBOLO. 
En 1969 Miguel Ángel Asturias escribió el texto de la presentación de la exposición de Héctor Poleo, celebrada en la Galería Villand Galaniesen en Paris, cuando el artista se asomaba ya a una morfología diferente. Cito Textual: “No es palpable la pintura de Poleo, es un humo impalpable que se mantiene en lo visible y sólo en lo visible en la proyección irreal o anti-irreal. Desvelo de astros que se conocen a si mismos. Estructuras intimas… Todo es recreación, hasta la luz se inventa a si misma, para iluminar abstracciones figurativas”.
La obra del Maestro Poleo puede perseguir las múltiples dimensiones donde se da el principio antropológico, pero nunca las elude. No hubo un sólo instante de fuga  o escapismo en su vida. Poleo nos aleja del mundo duro y codificado, y del rumor enloquecido de una humanidad en pugna feroz,  por ser cada vez menos auténtica, a fin de trasladarnos a aquellas regiones del macrocosmos y del microcosmos interior donde es posible,  sólo posible, vincular profundamente la existencia individual con la prístina revelación del ser. Ahora nos damos cuenta que el Maestro Poleo siempre tuvo, en su niñez, el don hermético  de establecer ese privilegiado nexo: “El Desdoblamiento del Símbolo”.

APROXIMACIÓN A SU OBRA.
Por el prolongado, profundo y complejo desenvolvimiento de la imagen artística de Héctor Poleo por más de medio siglo, es natural que los estudiosos de sus obras hayan recurrido al discernimiento de etapas en el proceso creativo, según la fisionomía y la intencionalidad de los distintos momentos de su producción plástica.
Entre 1940 y 1943 realizó buena parte de lo más significativo de su obra, durante una gira por varios países andinos, época de rebeldía a la que pone término con su estupenda serie de Los Comisarios (1943). Después  atravesó su experiencia surrealista, con una influencia demasiado obvia de Salvador Dalí: Contenidos apocalípticos de imágenes, de ojos inmensos, erosiones y abismos, arborescencias humanas, cráteres y desiertos de gran magnitud. Poleo decía: “Que esa experiencia pesimista era resultado del estado de ánimo que le embargaba durante la segunda guerra mundial”. La evolución inmediata del Maestro queda ligada a tendencias arcaizantes que puso de moda el movimiento de vanguardia (1948). En un primer momento, su pintura parece evocar retratos romanos, o figuras del antiguo arte romántico, a través del  puente representado por la obra del maestro italiano Campigli. Rostros femeninos de apariencia académica, en los que se diluyen los últimos trazos surrealistas  para dar paso finalmente a una figuración geométrica,  donde ya no importa más el volumen ni el modelado sino el plano.
El Maestro Poleo pasa ahora a una pintura donde la perspectiva es completamente simbólica y la anécdota un simple pretexto apenas sugerido. Las formas se convierten en grandes planos de color puro rodeadas por un dibujo lineal muy preciso. El paisaje y la composición de primeros planos esta geometrizada. Toda su pintura hasta ahora había sido esencialmente dibujística y la composición estaba en ella determinada racionalmente por un plano previo.
A Partir de 1960 el Maestro Poleo se libera de toda sujeción planimétrica para buscar apoyo en el color y la tinta, con apariencia de clima infuso, zonas atemporales y borrosas, de  sueños, atmosferas poéticas que tienden a cerrarse sobre si mismas como una memoria perdida. El Maestro cambió de técnica para dar paso al acrílico y a la caseína, de esta etapa el historiador y critico de arte Alfredo Boulton decía: “El uso de la técnica y la caseína han permitido a Poleo construir una nueva materia lírica, sobre la que el pintor va trabajando lenta y periódicamente. A tal grado afecta al artista la nueva sustancia que a veces llega a alterar hasta su sistema de trabajo, deja reposar su obra durante largos meses y esa circunstancia hace que se enriquezca y aparece la imagen, por cuanto algunas armonías sólo las utiliza en determinados periodos del año. De acuerdo con las estaciones las temperaturas y la luz, ese mundo de “Figuración Poética” como a Poleo le agrada calificar su obra,  alcanza momentos de increíble belleza con los que entra en juego una cierta identificación de estructura en la concepción de la imagen, que se va formando al lento ritmo de las estaciones y de la atmosfera”.
El Maestro Poleo es un artista que evoluciona de una época a otra, de acuerdo a la contemporaneidad de los conceptos artísticos, y que al renovarse técnicamente, no sacrifica a su nuevo cambio estilístico los valores esenciales que habían prevalecido hasta ahora en su arte.           

Jesús Morales Ruiz                                                                                      
Artista plástico

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