JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO
Juan Loyola
La
Rebelión de un Creador
EL ARTE UM UNVIVERSO VIVO.
"El universo es un pensamiento vivo, y
el arte para ser real, debe parecerse al universo, es una cuestión de
inmensidad, de glorioso gozo de dimensión cósmica, es un alma mágica que pesa
tanto; tanto como un cielo cargado de estrellas, que de pronto explota y nos
lleva por dentro. La respuesta está en la noche. Un escenario desnudo y
excitante, nacer para valer o no nacer, sin términos medios perfumados o
arrogancias mórbidas ocultas en la sombra, la palabra que nos rescata es amor.
El irresistible poder de la verdadera fuerza
que existe, no es un orgullo falso, que no tiene diálogo ni la palabra vanidad,
que se asusta, cuando le nombran la muerte. El arte es un pedazo de paraíso sin
tiempo que nació precisamente para detener ese fantasma, es algo que brinca en
nuestros corazones, como un niño que no ha sido vestido de vicios y de limites…"
Juan Loyola (1991)
Juan Loyola (1991)
EL ARTISTA DE CAMBIOS
RADICALES.
Juan
Alberto Loyola Valbuena nació el 9 de Abril de 1952 en Caracas, y muere el 27
de Abril de 1999 en Catia La Mar, a causa de un infarto fulminante
causado por una miocardiopatía dilatada congénita, la cual venía padeciendo
desde un par de años antes. Hijo de Juan Luis Mario Loyola y Auristela
Valbuena.Loyola fue un Artista Plástico polifacético (pintor, escultor, fotógrafo, cineasta) y poeta, sus cambios súbitos, sus transformaciones estilísticas radicales, sus saltos aparentemente al vacio, no fueron en vano, y le llevaron a ocupar un lugar dentro del mundo del arte nacional y mundial. Cada uno de sus cambios son el resultado de una profunda meditación estética, de un análisis provocado por una crisis existencial, lo que lo llevó una imperiosa necesidad de expresión creativa, asumiendo a sabiendas todos los riesgos, incluso el corporal, posición que trascendió lo simplemente artístico. Miembro Fundador del Complejo Cultural Rómulo Gallegos, en Porlamar Nueva Esparta (1975); y Director del Movimiento Cultural la Piel del Cangrejo (1976). Realizó su primera Exposición Individual en la Plaza de los Pintores de Porlamar Nueva Esparta (1976); igualmente participó en el I Salón Fondene NE (1976); Salón de Pampatar NE (1978); IV Salón de Arte Fondene (1978) donde obtuvo el Premio Fonde; IV Salón Nacional de Jóvenes Artistas, Caracas (1979); I Salón de Arte de Pampatar NE (1980) donde le fue otorgado el Primer Premio de Dibujo; igualmente ganó el Premio de Arte No Convencional, del Salón de Jóvenes Artistas, La Guaira (1983); y Medalla de Oro de la Ciudad de Bruselas, Alcaldía de la Ciudad; participó en la Bienal de Sao Pablo, Brasil (1981 – 1983); Salón Arturo Michelena, Valencia (1983 – 1986); Bienal de Artes Visuales, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (1983);Bienal de Valencia, Italia (1984); Salón Nacional de Dibujo y Grabado, Museo La Rinconada, Caracas (1984); Bienal de Jóvenes Artistas, la Guaira (1985); Bienal Internacional de La Habana Cuba (1986); entre otras. Realizó una Gira Nacional Individual por Venezuela (1991).
LA REBELÓN DE UN CREADOR.
Juan Loyola, la carga polémica que sustenta toda su obra,
es la expresión de la rebelión individual de un creador, y de la conciencia aguda de la repulsa a un
colectivo, a una generación, que acusó de
élite comprometida, de las complicidades de la conciencia colectiva.
Denunció la condición inhumana en Venezuela, en espera de mañanas mejores para
una tierra que el amó. La única arma que poseía ante todos los abusos del poder
residía en su conciencia moral, y en el grado de compromiso que él podía
asumir. Loyola quedó arropado en los pliegues de la bandera de Venezuela, y fue
el símbolo que lo identificó.
PINTO...LUEGO EXISTO.
Juan Loyola fue el
último rebelde del arte venezolano, un poeta bohemio y soñador, quien escribió: “Mi vida es una continuación de
pequeñas muertes, y por lo corta que es la vida aprendí la importancia de un
instante, a ese instante me entrego con amor profundo y cuando las palabras me
faltan, porque la emoción es infinita, acudo a la fuerza mutante de mi arte,
que cambia, registra, esos momentos especiales que no vuelven… es como desvestirme
ante la naturaleza y casi mudo, perder el miedo de mi desnudez, abandonar las
poses, a veces obligantes, y ser tal cual soy, con mi mundo de pasiones al
descubierto, demostrando su hambre y su sed, humanamente cargada de
sentimientos. Amputar un pedazo de mí, del proceso continuo y existencial y a veces
dramático, ingenuo e idealista, para ofrecerlo a este proceso de vivir en el
espacio sin tiempo de mi propio universo. Es que a veces me duele la nostalgia
y no se como decirlo…Pinto!
Pinto porque me encuentro solo, cargado de amor, y no se
como entregarlo. Pinto porque descubro un vacio parecido al mío, humano. Pinto
porque a veces quiero gritar y no me sale el aliento, pinto porque me parece
una manera especial de estar con Dios. Pinto para atajar el tiempo que se me
escapa entre los dedos. Pinto para escapar de las cárceles. Pinto también para
correr peligro.
Pinto para despedirme con grandeza. Pinto porque a veces
estoy herido, porque un susurro me dice aguanta y otro murmullo continúa. Pinto para no verme vestido
de
soledades y silencios. Pinto para verme amado por mi
pueblo. Pinto para descubrir un mundo especial para todos; para cantarle a Bolívar
y a Sucre y ser digno de sus cartas.
Pinto para comunicarme y poder decir Dios, Naturaleza,
Historia. Pinto porque siempre estoy pensando en mi patria. Pinto porque me
infla la vida; y pinto porque sino exploto. Pinto porque todavía existo, porque
tengo esperanzas, porque confieso que amo y que el amor ejerce la principal
emoción que droga y hechiza el movimiento vertical de mi vida: a ella ofrendo
mi sonrisa y el último de mis suspiros. Pinto para sentirme libre, por eso
pinto yo: Pinto...luego existo”
APROXIMACIÓN A SU OBRA.
Juan Loyola es un Artista
Plástico, que obliga a quien se acerca a su obra a asumir posiciones extremas o
se le aceptan con el mayor respeto o se
le rechaza y se le ataca sin contemplaciones. No se priva de ninguna forma de
expresión con tal de hacer escuchar su mensaje, el cual sin poses idealistas ni
demagógicas, fluye al mundo de la cultura, al de la política, anudándolos y
entrelazándolos para convertirlo en la materia viva de sus manifestaciones
estéticas. El uso y aprovechamiento de los colores primarios de la bandera
nacional, reviven y flamean como llama rebelde haciendo renacer el símbolo que
dormitaba y entristecido está a la espera de ser colgado oloroso a naftalina,
en el próximo día de júbilo.
Juan Loyola cuyos performances han escandalizado y le han ganado
justificadamente fama en varios países de América Latina y Europa, a través de
ellas recrea la labor de rescate y ennoblecimiento de las chatarras que
contaminan el medio urbano, y las catapultó del anonimato a la celebridad, es
en esencia un gran pintor que con la misma facilidad le puede sacar partido a
un material de desecho para transformarlo en verdadera obra de arte, como lo
hizo con los cartones de embalaje en Margarita.
Loyola se enfrentó al lienzo
tradicional con una soltura y una espontaneidad que ponen de manifiesto
sus virtudes y da rienda suelta a su imaginación cromática que
resalta, cuando su instinto se los impone, los colores amarillo, azul y rojo,
que ya en Juan Loyola se han salido de la bandera para convertirse en símbolos
de la patria, de una patria que el artista sintió y padeció hasta reventar, con
toda la fuerza y la pasión que puso en cada trazo de sus cuadros y en cada
gesto y en cada grito de sus manifestaciones.
Jesús Morales Ruiz
Artista Plástico
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