domingo, 31 de marzo de 2013

El Círculo de Bellas Artes - En el Marco de sus Cien años de Fundado - 1912 - 2012


JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO



El CÍRCULO DE BELLAS ARTES
En el Marco de sus Cien años de Fundado (1912 – 2012)
                                       
  
EL CÍRCULIO DE BELLAS ARTES.
“Sin embargo, el paisajismo de la academia como lo practicaba y enseñaba Herrera Toro, aun cuando aconsejase pintar al aire libre (…) carecía de color y continuaba siendo manifestación de realismo. Las gamas grises de la paleta del taller y las armonías tierras y pardas daban al paisaje así visto tímida entonación romántica, que ponía de relieve el carácter literario de la inspiración”
 "Tuvo la virtud de gestar un movimiento que designaba al paisaje categoría independiente como cuadro: de definir los postulados de una escuela paisajística que tomaba todo, excepto la técnica del propio medio de procedencia de los temas”.
                                                                                                  
 Juan Calzadilla          
 Crítico de Arte              

ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
Los Historiadores de Arte comparten la opinión, que el  Arte Moderno  se remonta a comienzos del siglo XX.
El  inicio de la modernidad se desarrolla teniendo como tema el paisaje y  da origen a un estilo de transición que recoge por una parte, la tradición técnica del realismo y por otra, se nutre de ciertos elementos de la modernidad, como son el trabajo al aire libre y la observación directa de la naturaleza.
El Historiador y Critico de Arte Dr. Carlos Silva en su libro Historia de la Pintura en Venezuela Tomo III escribió: La vía para poder ser y hacer algo distinto de los abrumadoramente impuesto y conocido, es alcanzar la libertad que posibilite diferenciarse de aquello a lo cual no se quiere pertenecer…Como es sabido en las artes plásticas ya era imposible deslumbrar horizonte novedoso alguno en el segundo decenio de este siglo. El gusto, la enseñanza y la creatividad artísticas prolongaban conservadora e interminablemente las rutinas finiseculares: el arte oficializado y su vivero la Academia de Bellas Artes, continuaban  la pintura epígonal decimonónica con su anecdotismo, romanticismo dulzón, naturalezas absolutamente muertas, tenebrismo y claro oscurismo,  en desmedro de lo cromático, temáticas históricas, mitológicas y alegóricas, retratistas de fórmulas cristalizadas en estereotipos técnico-expresivos, donde la burguesía busca su imagen como un espejo empañado por el tedio, elaboración obligatoria de copias como modelo pedagógico para los jóvenes aprendices de las artes y, en síntesis, con su melancólico ensimismamiento de estudio o taller enclaustrado, a espaldas de toda iniciativa hacia el futuro y del espléndido entorno tropical de Venezuela. La óptica y el quehacer artístico europeos adquiridos en la centuria anterior, se habían solidificado y no permitían por ello la incorporación de nuevos lenguajes, también europeos, como el impresionismo”.

LA CRISIS DE 1912.
En 1887 el maestro Emilio Mauri   dirigió La Academia de Bellas Artes, hasta su muerte en 1908, y es  remplazado por el maestro Antonio Herrera Toro, quien mantuvo los antiguos métodos didácticos.
En 1909 los Artistas Manuel Cabré, Carlos Otero, Antonio Edmundo Monsanto, Leo, entre otros estudiantes, reclamaron reformas en la Academia.
El periodista y humorista Leoncio Martínez en su célebre artículo publicado el 1 de Agosto de 1912 en el diario El Universal señala: “La Academia es sólo conservatorio; cuadros de cinco o seis principiantes y esculturas de otros tantos también bisoños, de los cuales uno o dos, apenas si revelan apacibles cualidades (…) trabajan por amor, sin otra esperanza de galardón que un carteloncito con un letrero: distinguido. Los concursos de pintura libre, los más prácticos pues en la elección del asunto, revela sus sentimientos, éste puede desarrollar mejor sus facultades, cedieron el puesto a torneos de ejecución rápida: acabar lo más pronto posible, en dos horas de plazo, una “academia”, bien al óleo o en el barro, lo cual dará provecho sólo a quienes piensen seguir la carrera de los que se dedican a pintar hemorragias crepusculares en cinco minutos y por cinco pesetas”. El artículo de Leo denunciaba una situación intolerable y a la vez proponía al Estado un “Renacimiento Artístico”.  
La Crisis de 1912 y las propuestas al Ministerio de Instrucción Pública, sirvieron para mostrar que el rumbo oficial de la cultura no quería, y  no podía dar un paso a unas medidas y a una orientación antagónica al “Status Quo”.  Esta situación dio origen a que el 28 de Agosto de 1912  se creará el Círculo de Bellas Artes, Asociación Cultural que congregó a lo mejor de la juventud artística e intelectual de la época. Su sitio de reuniones fue en el Teatro Calcaño y más tarde en un local del callejón Guinand.
Entre los integrantes del Círculo de Bellas Artes se encontraban: Cruz Álvarez García, Pedro Castrellón, Manuel Cabré, Ángel Cabré, Leoncio Martínez, Antonio Edmundo Monsanto, Próspero Martínez, Abdón Pinto, Marcelo Vidal, Pedro Zerpa, entre otros. Posteriormente se incorporaron al Círculo los maestros: Federico Brand, Armando Reverón,  y Rafael Monasterios, grupos de  escritores como Rómulo Gallegos y Julio Rosales, críticos literarios como Julio Planchart y Jesús Semprum, y  poetas como Enrique Planchart, Salustio González Rincones y Fernando Paz Castillo. De tal modo que su efecto renovador se extendió al conjunto de la actividad cultural, contribuyendo también al surgimiento de la crítica de arte en nuestro país como actividad comprometida con la búsqueda del desarrollo cultural venezolano.

ALCANCES DE SUS OBJETIVOS.
El escritor y poeta Fernando Paz Castillo, miembro del Circulo de Bellas Artes afirmaba que la creación del Círculo: “Respondió a un sentimiento revolucionario, si bien es cierto que en sus comienzos a aquella rebelión hubo de ser tímida, como que consistió más en la repulsa de lo que había, que en una esperanza hacia lo que pudiera surgir de inmediato (…) en verdad los fundadores del Círculo más bien se inspiraron en la conducta tradicional combativa de los artistas franceses en la ultima mitad del siglo”
El Círculo de Bellas Artes tuvo como objetivo inicial, promover de manera independiente las actividades  de sus miembros; no fue un movimiento artístico de estilo definido; fue una asociación muy libre y sustitutiva de lo que no podía dar la Academia, así los artistas participantes en este movimiento fueron afirmando su lenguaje personal.
Siendo el paisaje la temática preferida de los miembros del Círculo de Bellas Artes, el mismo se iría  perfilando como un género capaz de poseer su propia validez y no como simple complemento pictórico, y aunque ello no se produjo en Venezuela de una vez, sino como un proceso de avances, vacilaciones y retrocesos.
Los miembros del Círculo se esmeraron por proporcionar a cada obra su toque personal, sin restricciones en su interpretación. Existía una preocupación por captar las características de la luz y del colorido atmosférico del paisaje tropical. La precisión en las formas dejó de ser lo más importante, mientras que lo que se buscó fue captar su belleza, mientras recreaban la libre expresión y la libertad de las ideas. Su influencia fue muy importante para las  siguientes generaciones de artistas.

Jesús Morales Ruiz
Artista Plástico

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