lunes, 13 de mayo de 2019

Abriendo Horozontes - Museo de Arte Contemporaneo Francisco Narvaez -Jesus Morales Ruiz - 45 Años de Vida Artistica





























































































Jesús Morales Ruiz… Huella y Matiz  “Abriendo Horizontes”
El arte siempre ha sido a través de los tiempos, ese rasgo infinito que delinea y registra episodios de la historia. Esa pisada firme que retrata la mirada de una luz reflejada en el espejo, esa misma luz recomendada tantas veces por Hamlet a los actores, esa transparencia mística… cercana a la espiritualidad sublime, mostrando a la virtud su trazo, su desnudez, su fuerza, el punto exacto de una imagen marcando a cada edad y a cada generación su forma y sello.
En el caso que ahora me atrevo a dibujar, el del artista plástico Jesús Morales Ruiz, aseguro que se mantienen agudas, intensas, las observaciones del Maestro, pues todo creador vislumbra la realidad de acuerdo a su percepción. Asunto que nos conduce al descubrimiento de dos términos de la ya conocida ecuación: creador-realidad. El primero de ellos como ese espejo shakespereano tan esencial como el segundo, la realidad.
Mantener ese espejo límpido que refleje de manera más fidedignamente posible, es tarea de todo artista, pues no se trata de un problema tan solo del hacer… sino, lo que es mucho más serio, del ser. Pues en el espacio exterior, frecuente en cada una de sus obras, se establecen con precisión los planos de profundidad, ese realismo del paisaje que emerge, esa clara aplicación de la perspectiva corregida y marcada por la contemplación analítica de la naturaleza y el hilo azul que nos circunda, reflejada en sus marinas. La fluidez entre las figuras y su entorno es también la de la luz, la del espacio. Se diría entonces que el Maestro Jesús Morales Ruiz, logra registrar la vivencia, la atmósfera, el registro de un tiempo, que no es otra cosa, que la propia vida.
La luz, presente en su obra, es resuelta sabiamente a través del color dispuesto en capas superpuestas y transparentes, sin contrastes violentos; como cuando acaricias y haces el amor con la entrega y pasión que solo ofrece el sentimiento más sublime, cediendo al volumen el célebre sfumato, envolviendo suavemente el trazo, ese oleaje que describe la luz y el matiz de atardeceres centelleantes, salvajes, como esa ola que dibuja el paisaje y nos conduce a la búsqueda del horizonte, al mismo tiempo que ilumina la profundidad del espacio natural, generando color a las sombras.
 Su presencia plástica, pudiéramos decir que, desde los primeros términos hasta la profundidad de los fondos montañosos, rodea las formas; se hace perceptible; da énfasis a la disposición del paisaje, especialmente en los retratos, donde los elementos más expresivos del ser humano, el rostro, adquieren importancia.
En cuanto al tratamiento del espacio exterior en la obra de Jesús Morales, se establecen con precisión planos de profundidad real del paisaje, existe una clara aplicación de la perspectiva corregida por la experiencia de la contemplación analítica de lo natural, la fluidez entre las figuras y su entorno en estos cuarenta y cinco años de trabajo permanente, es también la de la luz y la del espacio. Sus recursos, sus búsquedas, sus conocimientos hacen que el paisaje y su propuesta plástica no sea un mero escenario decorativo, sino algo lleno de vida y movimiento que enmarca el instante exacto del palpitar majestuoso entre la imaginación y realidad.
El concepto y la búsqueda de este genial artista, nos llevan de la mano hasta la calidez de sus paisajes marinos, donde el oleaje y las formas, el trazo, el dibujo y la pincelada se hacen necesarios; resaltando la disposición de las imágenes, especialmente el rostro y la naturaleza muerta, pues observamos con sorpresa y acierto la presencia de algunos elementos generadores de vida, ese sentimiento presente a través de los matices y las sombras, esos códigos y planos, impregnando el resultado de una obra plástica que adquiere más importancia con el tiempo.
 La luz-resuelta sabiamente por Jesús, a través de un color dispuesto en capas superpuestas y transparentes, sin contraste algunas veces, violentos y sensuales en otros, cediendo al volumen, esa suavidad que semeja una caricia, esa telúrica figura que al mismo tiempo ilumina la profundidad del espacio natural, dando color y sombra a la búsqueda de una intimidad compartida. La captación personal de un artista, un explorador, un estudioso, pero sobre todo un Maestro… que, en estos 45 años, nos presenta la veracidad y la unidad de su obra artística, sorprendente, dinámica y efervescente. Una obra tejida y catapultada en el devenir de la historia y el estudio de las artes plásticas contemporáneas.
Hoy 10 de mayo, fecha en la que celebramos el Día Nacional del Artista Plástico, en conmemoración al nacimiento de Armando Reverón, “Pintor de la luz y la irreverencia”. El Museo de Arte Contemporáneo “Francisco Narváez”, les invita a ser partícipes de Abriendo Horizontes,  la exposición y la obra de un Maestro, de un hombre sencillo, con sus aciertos y virtudes, pero marcado por la estirpe de verdaderos creadores, de maestros de la pintura que contribuyeron a la formación artística de Jesus Morales y a la consolidación del modernismo en Venezuela, entre otros:  Manuel Cabré, Ramón Vásquez Brito, Pedro Ángel González, Juan Vicente Fabbiani, Luís Alfredo López Méndez, Tomás Golding. Impregnando la trayectoria de una obra que se enrumba a ese proceso transformador y renovado de la decantación artística y transcendente para las generaciones futuras.

                                                                         Mirimarit Paradas

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