Las Mujeres en el Arte
IV Salón
Homenaje a Margarita Pereira
“La
obra de arte consta de dos elementos: el interno y el
externo.
El interno es la emoción que siente el alma del
artista. Esa emoción tiene la capacidad de provocar vi-
braciones transformadas en sensación en el artista
y
en el espectador. Por lo tanto, la sensación es un
puente
de lo inmaterial a lo material (artista) y de lo
material
a lo inmaterial (espectador)
Emoción-Sensación-Obra-Sensación-Emoción”
Wassily Kandinsky
Una obra
es considerada como una producción artística cuando su condición inmanente es
la belleza y el valor de ella radica en
sus posibilidades. La cita de Kandinsky
alude a las funciones del arte, a la relación con el espectador y el entorno
referencial socio-histórico-espiritual y al establecimiento de un vaso
comunicante con “el otro”, a partir de una simbología de carácter estético que
pretende romper la soledad existencial.
La mirada
se regocija en “aquello” creado por manos de mujer, como expresión de la
feminidad, que contrariamente a lo femenino, es imagen de la vida que vive. Es
la llegada de la mujer al movimiento cualitativo, a la autoconstrucción de su
esencia, como síntesis de universalidad y singularidad del fenómeno femenino.
Por eso, estas mujeres, que presentamos, se caracterizan por el espíritu creador, sólo obedecen al universo,
a la libertad que promueve la emoción en contacto con objetos sensibles, a la instrospección del ojo o del sueño que se transforma en líneas, colores,
texturas, técnicas diversas, espacios, claro-oscuro, que se ennoblecen
mutuamente, como en los cuadros o en el
ejercicio artístico de los volúmenes, formas, texturas, de los diferentes materiales escultóricos o, también en el
tratamiento de la luz y la sombra, el espacio, la semántica de lo fotografiado
o grabado.
Hay intensidad,
seguridad, misterios, posturas plásticas antagónicas, magia y belleza en la
propuesta del IV Salón de las Mujeres en
el Arte, cita auspiciada por el Círculo Internacional de las Artes ,CIANE,
dirigido por Jesús Morales Ruiz y que ha
contado con el especial apoyo del empresario margariteño, Rafael Tovar. Se
crearon tres Menciones y un Primer Premio que lo donará Funda Conferry. En este
evento se le rinde homenaje a la muy querida artista, Margarita Pereira, quien
ha dedicado gran parte de su vida a esa
necesidad esencial de establecer un diálogo entre los colores y el lienzo, o lo
que es lo mismo, declarar su verdad en la tela como experiencia de vida.
Pero como toda
celebración requiere de una convocatoria, asisten como invitadas a este Salón:
Elba Salvatti de Izaguirre, homenajeada del III Salón, la ganadora del mismo,
Olga Morín, La ganadora del IV Salón, Mención Pintura, Margot Guzmán, Cristina
Rosenbert, en Fotografía; Grabado, Ana Rangel; Escultura, Elizabeth Vila. Entre
las artistas expositoras figuran: Vilma Rojas, Yny Toledo, Gabriela Millán,
Luisa Elena Benitez, Leonor de Ferreres, Zaira González, Solange Rojas y por supuesto,
Margarita Pereira. El jurado lo conformaron: Fabrizzia Mariani, Ramón Vásquez
Brito y Jesús Morales Ruiz.
El arte
conceptual, paisajístico, figurativo, abstracto, en general, todas las
tendencias, concurrirán para darle unidad a la diferencia de
esta hermosa exposición donde se manifiesta el más alto ejercicio de la
feminidad: la creación, que abarca, además la posibilidad de ser casa anterior,
la de hacer habitaciíon en la mitad del cuerpo para alojar a un hijo, la de ser
un milagroso plasma vinculante por ser el centro de irradiación del Eros hacia
el hombre, la de constituirse en la guardiana de la sociedad, pues, desde su casa, hace esfuerzos heroicos por
mantener el hogar y los hijos. La mujer es resplandor: Silencio y palabra,
pensamiento e idea, refugio, desnudez, amor.
La presencia
de la mujer venezolana ha dejado huellas en la .historia por su constante e
ineludible responsabilidad en todas las labores que emprende y por su valentía
a la hora de tomar posiciones de emancipación. Ahora, la mujer sigue asumiendo
su conducta social pero ejerce la libertad como transformación consciente de su
experiencia, de su destino y su sentido.
Además, la
mujer posee una mirada interior que
traduce en metáfora visual para reinventar el
universo Por eso, el 17 de noviembre estarán presente la memoria, el
conocimiento, la experiencia vital, resueltos en un cuerpo afectivo que se
exterioriza con sus paisajes interiores marcados por la belleza del espíritu
que los genera
Encontraremos
pinceladas gestuales que se superponen y constituyen diferentes planos del
color pero que, a la vez, se relacionan armónicamente produciendo gradaciones,
cromáticas, y transparencias. Texturas visuales que permiten el paso de la luz,
o formas geométricas que hacen del volumen gravedad o peso de las cosas, levitación,
ausencia o presencia del resplandor.
Según Armando Barrios: ”Cada
ciudad tiene una luz distinta. La luz identifica a las ciudades. La luz es un
personaje de primera línea. Una cosa es la luz y otra el objeto que la luz
ilumina. La luz es el objeto mismo”.
Preguntamos,
entonces: ¿Cuál luz alumbra a la Isla de Margarita? ¿Qué línea, qué ritmo, qué equilibrio
proponen las mujeres de esta convocatoria? ¿Es el atardecer isleño la pura
meditación, la fanfarria, los sonidos, los contrapuntos? Al espectador dejamos
su disfrute, que no sólo está plasmado en la pintura sino en el grabado, la
fotografía y en el silencio de la piedra porque “no sólo de palabras vive la
poesía”
DOCTORA MAGALY SALAZAR SANABRIA
LCD. MIRIMARIT
PARADAS
DOCTORA MAGALY SALAZAR SANABRIA
Esparcir con propiedad el paso inusitado de la
lujuria... Transformada en pasión, es dejar entrever lo que estaba silenciado,
oculto, atrapado entre las voces de otras lenguas, pequeñas ondulaciones que
nos hablan de presencias perennes, de trazos, de azules, vestigios y matices.
Huellas adheridas entre las piedras, maderas, grietas, en la silueta de un
desnudo o agujeros diluidos en las aguas que seducen los soportes del quehacer
artístico. Emerge la expresividad de lo corpóreo a través de sus tintas, el
transitar de un paso en profunda libertad, lo sublime de un gesto atrapado en un
instante, las formas embriagando los espacios con la fuerza entrelazada de la
mujer, de lo femenino que se apropia de la esencia y la materia, de los cuatro
elementos que demarcan la existencia: Tierra, Aire, Agua , Fuego; energía y
vitalidad de una mujer apropiándose y expandiéndose a si misma, propiciando y
propiciándose la introspección, condición que motiva y obliga al espectador a
vivenciar los sueños, las huellas más allá de los tiempos en pigmentos y
mezclas, en ese tránsito efervescente guarnecido en la memoria.
El devenir de
la historia, de lo abstracto, de lo artístico... Nos catapulta a esa extraña
trilogía entre lo físico, lo místico y lo erótico, considerables ejes en los
cuales transcurre gran parte de la visión del hombre y la mujer por este mundo
que habitamos. Los trabajos de estas mujeres en forma muy particular logran
reflejar una impecable fuerza, al mismo tiempo que provocan esa conciliación
necesaria entre la simbología y el trazo, entre las voces que se manifiestan
íntegras como en todo viaje iniciático, ellas descubren y transitan el camino y
sólo pueden regresar a el a través de sus búsquedas y sueños. Exploración y
sueño como total desarraigo, como iniciación que involucra y aclara la
aparición de las imágenes... Esas que para nosotros también son naturaleza,
paisaje adentro, siguiendo definiciones extremas, espacios donde el artista se
encuentra en el umbral del rompimiento, la recomposición, la fantasía. Donde
toda rasgadura, arañazo y caricia comienza por el cuerpo, por ese paisaje
atrapado en la retina, por esos espacios que nos unen y entrelazan a la
intimidad... Por ese «corpus» de fuerza y creación registrado en el trazo, espacio
donde humo, presencia, transformación y piedra se interrogan con idéntico
rostro.
Esta muestra de mujeres en el arte (IV Salón -
Homenaje a Margarita Pereira), constituye el universo gestando su
individualidad propia. Mujeres reconstruyendo el mundo en proceso continuo que
comprende por lo menos cuatro estados: Realidad, experiencia, símbolos y
signos, abstracciones que se mezclan con nuestras propias experiencias,
demarcando líneas en ese hilo inaccesible y al mismo tiempo tan necesario para
la virtud creativa, proceso que no es diferente a la paralización instantánea,
ese generar, sintetizar y reacondicionar ese mundo de posibilidades que emerge
y se hace instrumento necesario y universal, en la condición fundadora de toda
expresión o manifestación significativa.
En cada una de estas mujeres, lo gráfico, lo
abstracto, la línea y el trazo emergen como una opción de referir desde la
soledad de la búsqueda, desde la rapidez del vistazo un complejo de conceptos o
vivencias, obras donde lo gráfico asoma aquella manera heterogénea de
expresión, que descubre las ilusiones espaciales y temporales, que revela la
estructuración constituiva y que al mismo tiempo es libre, de recomponer, de
absorber porque sólo requiere de indicios para significar. La actividad gráfica
propone señales y no el objeto, persigue la huella y no la cosa, exhibe la forma originaria de toda metáfora.
Aquí están ellas, con sus enigmas y sus aciertos en
el oficio artístico, con sus dibujos como la escritura de la imagen, con sus
trazos que constituyen otro esquema de la vida, con sus creaciones pobladas de
naturaleza, de aguadas, de lo místico y lo indescifrable. Aquí están ellas...
Como artistas, investigadoras y estudiosas integrales, envueltas en incesantes
búsquedas y diferentes planteamientos
conceptuales, todas unidas por una personalidad versátil e intelectual, ellas y
sus obras geometrizadas en espacios ,
explorando en líricas acuarelas, signos zodiacales, gráficos, huellas de
tinta, pasteles, esmalte, óleo, emotivos collages, emergiendo con sus siluetas
danzantes, profundas, henchidas de lo antiguo y lo sagrado, tan próximas a la
tierra en su firme equilibrio visual.
Jesús Morales
Ruiz
Presidente del
CIANE
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