LAS TETAS DE MARÍA GUEVARA
Parque Nacional
Parque Nacional
“Las Tetas de María Guevara fueron declaradas
parque nacional el 27 de febrero de 1974.
Este imponente monumento natural incluye en su interior tres lagunas
costeras rodeadas de manglares conocidas como Boca de Pala, Laguna de Raya y
Laguna Punta de Piedras.”
MONUMENTO NATURAL “LAS TETAS DE MARIA GUEVARA”
Con
el nombre de Las Tetas de María Guevara, tradicionalmente, se ha venido
conociendo en la Isla de Margarita a dos pequeñas crestas cónicas, que se
elevan, rompiendo en la monotonía del paisaje, en sitio cercano al Parque
Nacional Laguna de La Restinga.
Siempre
surge la pregunta acerca de quién era María Guevara, para que se perennizara en
la roca basáltica de esos cerros gemelos y si realmente, María Guevara existió
o fue solo creación antojadiza de la leyenda. Las más variadas interpretaciones
se han dado alrededor del enigmático nombre; pero, hasta la fecha, nada en
concreto se ha dilucidado que contribuya a clarificar la confusión existente
acerca del personaje que aún continúa actualizado y cuyo nombre se pronuncia
con perspicacia y hasta con un dejo de malicia incontenida. Historiadores, ensayistas y poetas han
tratado unos de descifrar el misterio que rodea a su figura, sin lograrlo; y
otros, guiados por la fantasía, han cantado a una mujer ideal, hipotética,
indefinida, que no a la real María Guevara, y hasta han llegado a crear
leyendas a su alrededor.
MARIA GUEVARA EFECTIVAMENTE VIVIÓ.
Pero no fue española. Ni hija del Capitán
Juan de Guevara. Ni fue amada del indio Makanao. Ni conoció a Lope de Aguirre.
Ni guerreó contra los españoles. La verdadera, la real, la María Guevara de
carne y hueso, nació en Cumaná por el año 1801. Por los años 1825 a 1830, sin
que hayamos podido precisar la fecha
exacta, casó con Simón Marval, nativo de
Margarita, dueño de trenes de pesquería. Era hija natural de Inés María
Guevara.
En
los años que María Guevara se instala a vivir en Punta de Piedras, el puerto principal
de la región era Laguna de Raya. Pero con María Guevara decae y surge Punta de
Piedras. Empieza María Guevara por adquirir de los Benales, un cuarto derecho
del sitio del Águila. Va a Juan Griego y trae gente para sus trenes de
pesquería. Les hace construir viviendas y junto a la de ellos, construye la
suya en el Morro. Con María Guevara nace, propiamente, Punta de Piedras. Para
solucionar la escasez de agua, hace cavar un jagüey al que llamaban “El Pozo de
Ahí”, que por largos años fue el abrevadero obligado de la comunidad de
pescadores.
MUJER DE SEÑOS DESARROLLADOS.
Los que conocieron a María Guevara afirmaban
que no era mujer de senos desarrollados, de ahí que por desemejanza los
compararon con los mencionados cerritos. Nos cuentan las consejas que cuando
los pescadores de los trenes de María Guevara se acercaban a la costa al
regreso de sus tareas o de un viaje por las cercanías, al ver los dos cerritos
cónicos que emergen muy cerca el uno del otro semejantes a senos de mujer,
ironizando por los que carecía María Guevara, exclamaban, no sin cierta
picardía, ahí están las tetas de la Doña o ya se distinguen las tetas de la
Doña, por no decir directamente las tetas de María Guevara como ya todos decían
en el poblado. En la segunda mitad del siglo XIX adquiere vigencia la
denominación.
MUJER EMPRENDEDORA.
La
tradición ha recogido y mantiene este nombre que acicatea la curiosidad de
quien oye nombrarlo y despierta interés por conocer quien fue esa mujer que dio
nombre a esta curiosidad geográfica de Margarita.
María
Guevara era mujer emprendedora. Le gustaba el comercio y practicaba el ahorro.
Cuando contrajo matrimonio con Simón era poseedora de una fortuna apreciable en
la época y la cual estaba representada en casas y terrenos que tenía en Cumaná
y en dinero efectivo.
María Guevara murió en Punta de Piedras a la edad de ochenta y cinco
años, el día 13 de febrero de 1886. No tuvo descendientes. Otorgó testamento el
7 de noviembre de 1885. Su herencia la dejó a sus sobrinos, los hijos de su
hermana Josefa Guevara de Salcedo. La muerte de “madrinita”, como la llamaban
sus sobrinos, enlutó a Punta de Piedras. Sus restos reposaron por un tiempo en
el cementerio de esta localidad, de donde fueron exhumados. Una sobrina los
conservó en una pequeña urna y posteriormente resolvió darle sepultura en la
Iglesia de la Parroquia Altagracia de Cumaná. Hasta época reciente existía la
lápida señaladora; pero con las refacciones de ese templo, desapareció.
María Guevara,
pues, existió. Fue una mujer real. De recia complexión. De carácter fuerte. Es
cierto que no dejó descendentes, pero en cambio ahí están como legado suyo,
desafiantes, despertando curiosidad, desnudas y frescas de brisas, turgentes y
por siempre rectas Las Tetas de María Guevara.
Fuente: Jesús Manuel Subero (1974). “Crónicas
Margariteñas”.
Jesús Morales Ruiz
Presidente
del CIANE
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