miércoles, 8 de mayo de 2013

Gabriel Bracho - El Maestro de la Denuncia Social


JESÚS MORALES RUIZ – ARTISTA PLÁSTICO  
                                              
                                
GABRIEL BRACHO
El Maestro de la Denuncia Social

LA VIDA.
“Dejarla en manos de quienes me regatean hasta el derecho de pintar habría sido un error.
En este inmenso mar de la creación artística nadie puede asegurar nada pues…con darle la espalda a lo pintado, basta”.

Gabriel Bracho (1980)                                                                                                                                 

EL MAESTRO DE LA DENUNCIA SOCIAL.   
Gabriel Bracho nació el 5 de mayo de 1915 en  Puertos de Altagracia (Edo. Zulia), y muere el 6 de mayo de 1955 en Caracas. Artista Plástico polifacético (Pintor, muralista, vitralista, escultor), caricaturista y docente; fue el más polémico pintor de la vertiente social del modernismo en Venezuela, su obra plástica y toda su consolidada  creación artística forma parte de nuestro histórico-cultural y configura un material muy valioso de indeclinable consulta y estudio cuando se trata de analizar y enjuiciar o exaltar los hechos y acontecimientos, sus autores y actores, que en una u otra forma han diseñado lo que hoy somos y lo que tenemos como nación, como pueblo.
El maestro Bracho a lo largo de su dilatada carrera profesional ha recibido varios premios entre los que se encuentran: Primer Premio, Salón de Empaire, Maracaibo, Estado Zulia (1954); Primer Premio Salón Julio T. Arze, Barquisimeto, Estado Lara (1958); Premio II Trienal Internacional de Pintura Realista, Sofía, Bulgaria ((1976).
        
ESTUDIOS ACADÉMICOS.
Estudió en el circulo artístico del Zulia bajo la dirección de Natalí Rincón, de quien recibió las primeras nociones de dibujo, composición y color (1931-1935), ganándose una beca de ciento veinte bolívares que le permitieron continuar sus estudios. Viaja  a Caracas y se inscribe en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas.
Trabajó en la revista Fantoches para la que realizó una serie de caricaturas políticas y de temas sociales.
Viaja a Chile, donde estudia en la Escuela de Artes Plásticas de Santiago de Chile (1939-1942), allí comienza a  manifestar y plasmar en su obra su preocupación por la temática social, realizando cuadros de gran violencia en el color “miembros torturados que se entrecruzan, manos contorsionadas, brazos atados o el llamado  de un niño  reprimido bajo un monóculo Nazi.
El maestro Bracho entabla muy buena amistad con el Artista Plástico mexicano, maestro David Alfaro Siqueiros, y aprovecha para estudiar la técnica muralista, que a los pocos años aplicará en algunos murales en Venezuela.
Viaja a Nueva York (1943-1944), posteriormente a Europa, especialmente a París  y Londres (1949-1950).
En 1950 regresa a Caracas donde realiza su primera gran exposición individual “Semblanza de Nuestros Días” en el Museo de Bellas Artes, dirigido por el maestro Carlos Otero; esta muestra logró  no solamente una masiva asistencia, sino los disparos de las criticas menos complaciente que se haya prodigado aquí en nuestros medios a pintor alguno, al respecto el artista dijo: “ se habló de arte comprometido, se caricaturizó mi profesión y se habló filosóficamente de pintura barata…se me sepultó desde el punto de vista publicitario y a todo esto respondí moviendo mi exposición por el interior del país”,         En 1956 viaja a México, donde recibe influencias de los maestros: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Roberto Bendecio, Adrián Villa Gómez, entre otros. Logró iniciarse en el conocimiento del andamiaje plástico de la autentica cultura americana; con ellos militó en sus organizaciones gremiales y políticas.

TALLER DE ARTE REALISTA.
En 1957 el maestro Bracho fundó y dirigió el “Taller de Arte Realista”,  que reunió a un grupo de pintores preocupados por la función social que debía cumplir la pintura; la unidad del grupo estaba dada por la cohesión  y así llegar a convertirse en un centro activo de agitación estética, que defendía los principios del famoso “Realismo Socialista” en las formas más ortodoxas y combatía a muerte las aberraciones del formalismo burgués en las cuales englobaba casi la totalidad del arte internacional de los últimos 90 años, influyendo al impresionismo, fauvismo, expresionismo, cubismo, abstraccionismo y surrealismo.
Los pintores del taller, que popularmente recibe el nombre de “Grupo Paracotos” fueron los maestros Gabriel Bracho, Claudio Cedeño, Nicolás Piquer, Armando Lira, Luis Domínguez Salazar, entre otros.
En 1957 el maestro Bracho expone en el Palacio de Bellas Arte INBA de México; en la Galería Acquavella, Caracas (1964) y el Museo de Bellas Artes,  Caracas (1970). Exposiciones retrospectivas “Búsqueda de una Realidad” en el  Instituto Zuliano de la Cultura Andrés Eloy Blanco, Maracaibo (1975). Se le concedió el titulo “Hijo Ilustre de los Puertos de Altagracia”, su pueblo natal.
En 1978 por encargo del Estado Venezolano realizó un vitral de 234 metros cuadrados para la cúpula de la nueva sede del Ministerio de la Defensa. Pintura traslucida que tuvo que realizar en París por cuestiones técnicas. Durante año y medio logró hacer una obra de envergadura capaz de servir de eco a la increíble pintura que el  maestro Martin Tovar y Tovar realizara ya hace un siglo,  el maestro Bracho decía: “Considero esta obra mía de un gran éxito no solo por estar acorde con mi tesis acerca del arte de Estado, arte público, sino por su propia realización.
En 1973 realiza una exposición de dibujos en el centro de Arte Euroamericano en Caracas.
En 1980 es incluido en la Enciclopedia de América Latina, editada en  la Unión Soviética, y se publica en Moscú el libro: “Gabriel Bracho” por la profesora Natalia Alexevna Schelechneva, miembro de la Academia U.R.S.S, Editorial Bellas Artes.

APROXIMACIÓN A SU OBRA.
La obra del maestro Gabriel Bracho, ha sido más reconocida en el exterior que en Venezuela. En su peregrinar sudamericano dejará huella de su  obra en Chile y Bolivia.
Entre 1939 y mediados de la década siguiente, definitivamente signada por su recia e inequívoca asimilación de los postulados  sociales. En su óleo “Caucheros”, pintado en Chile en 1939, el maestro Bracho sabe como expresar la marginanalidad de los trabajadores, en primer plano, y en la diversidad dinámica propia de la dura faena del cauchero, separados de la gran urbe,  mostrando al fondo precisamente,  los arboles mutilados y una cerca que deslinda los dos mundos. La pincelada segura y definida (que años después tenderá a un tratamiento expresionista), sirve de instrumento identificador de cada particular de la imagen: indios, mestizos, árboles de caucho, edificaciones y la apertura de libertad – los aviones y la rada con los buques- que poseen abiertamente los habitantes de la ciudad, mientras algún cauchero la mira desde lejos. En su obra en “Nacimientos del Silencio” realizado en Caracas en 1940, si bien muestra una gran soltura plástica, el esfuerzo agotador de los obreros de la construcción con un extracto inferior, en primer plano hay una clara visión del progreso, de trabajo para un mejor vivir.
 En relación a su obra se ha escrito: “unos obreros inmersos en la tierra, horadan construyendo el porvenir; esto será el símbolo de una preocupación expresiva que estará presente en su trayectoria artística”.
El maestro Bracho, prefiere en su obra el tono alegórico, y la composición característica del mural llevada a la pintura de caballete. Grandes masas, violencia cromática,  y simbología social configuran una pintura comprometida, que desafortunadamente no encontró espacio.
En 1973 el maestro Bracho pinta “El Mural Boyacá”, por encargo del Estado Venezolano, el cual se encuentra en el Salón Boyacá, Palacio de Miraflores (técnica acrílico sobre madera, medidas 6 x 3 metros), considerado una de sus obras  más importantes.

Jesús Morales Ruiz                                                                                      
Artista Plástico

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